Hace ya más de un año llegaban las primeras vacunas para hacer frente a la pandemia de COVID-19. Desde que comenzaran a administrarse las primeras dosis, se vio su impacto positivo en las cifras, ya no tanto a nivel de número de contagios puesto que todavía no existen vacunas esterilizantes que eviten la infección por SARS-CoV-2, sino en otros indicadores como el número de ingresos y fallecimientos derivados de esta enfermedad.

Teniendo en cuenta precisamente que no existe una alternativa para evitar las infecciones por este virus, sigue siendo necesaria la investigación y desarrollo de tratamientos que ayuden a contrarrestar el impacto negativo que puede tener la infección en los pacientes. Más, con el surgimiento de diferentes variantes del SARS-CoV-2, como la Ómicron, en la que los primeros indicios apuntan a que ni las vacunas ni los anticuerpos de pasadas infecciones son suficientes para neutralizar esta variante.

Mientras las vacunas se adaptan a la llegada de nuevas variantes de COVID-19, urge encontrar fármacos que ataquen a la enfermedad y ponerlos a disposición de los pacientes

Paulatinamente, el arsenal farmacológico aumenta, con opciones para atacar la enfermedad en diferentes fases. Y teniendo en cuenta la alta incidencia desencadenada por Ómicron, contar con opciones farmacológicas para tratar a los pacientes infectados, se torna fundamental. Ahora el reto pasa, como apunta Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública por “conseguir fármacos más específicos frente al SARS-CoV-2, porque los que estamos utilizando ya eran para otros virus; tenemos alguna diana que funciona mejor que otra, pero todavía falta”. Hasta el momento, opciones como los antivirales o anticuerpos monoclonales han mostrado un buen comportamiento, evitando la progresión del virus, sobre todo al usarse en las fases más tempranas de la enfermedad.

Con todo esto sobre la mesa, mientras se trabaja para hallar la manera de adaptar las vacunas a nuevas variantes como Ómicron, urge ahondar en la investigación y regulación de fármacos contra la COVID-19. Y, por supuesto, acelerar los procesos para que estos estén disponibles para los pacientes cuanto antes.


También te puede interesar…