| viernes, 25 de enero de 2019 h |

Los lectores de EG saben que, de un tiempo a esta parte, buena parte de los contenidos en cada edición hacen referencia —directa o indirectamente— al cambio de paradigma sociosanitario al que asiste España marcado por la cronicidad y dependencia. Un cambio que tendrá su (primer) cúlmen en 2040, cuando España se convertirá en el país más longevo del mundo.

Como consecuencia de ello, también las páginas de EG vienen recogiendo los avisos de los profesionales respecto a que este nuevo paradigma requiere más implicación con el paciente, más asunción de funciones… Y más colaboración multidisciplinar. Ahora bien, no todo es idílico. Los lectores de EG saben que estos mensajes/avisos vienen compartiendo espacio en nuestras páginas con los recelos institucionales de algunos de esos colectivos que deben contribuir al cambio contra profesiones ‘hermanas’.

Es por eso que, cuando las sociedades cieníficas Sefac y Semergen anunciaron la organización “fifty-fifty” del I Congreso Nacional Médico-Farmacéutico que tendrá lugar los días 8 y 9 de febrero en Madrid, la primera reacción fue la de aplaudir la iniciativa. Pero, cuando los propios organizadores indican que el objetivo del encuentro es “estrechar esa colaboración multidisciplinar, formarse de forma conjunta y práctica a fin de hablar el mismo lenguaje al paciente”, entonces los aplausos se redoblan.

Así las cosas, más de 500 profesionales y farmacéuticos comunitarios comprometidos con esa colaboración se ‘encerrarán’ durante 48 horas en Madrid para compartir, y añadir, experiencias en la práctica asistencial. Si todos los caminos del SNS conducen a la colaboración, todos los caminos conducen a la cita de Madrid.

Aun siendo conscientes de que esta cita ni siquiera se ha celebrado, ya tenemos una propuesta. ¿Y si en el futuro hablamos del I Congreso Médico-Farmacéutico-Enfermero?

Frente a recelos, es de aplaudir que cerca de 500 boticarios y médicos se citen en Madrid para una mejor colaboración