| viernes, 21 de octubre de 2016 h |

Que la vida da muchas vueltas es tan cierto como que la historia se repite. Que se lo pregunten a Jesús Acebillo, que por tercera vez ha llegado a la presidencia de Farmaindustria. Seguramente desde ahí pueda ser testigo de nuevo de ese ciclo que se repite una y otra vez: cómo la patronal reclama planes específicos para un sector clave en la economía, en el empleo y en la innovación del país; cómo la coyuntura económica traerá nuevas medidas de control; cómo el medicamento seguirá siendo sometido a políticas que lo consideran como un gasto más que como una inversión…

Acebillo comienza su tercer mandato con una buena baza: el pacto del gasto/PIB parece la primera gran medida en muchos años destinada a dotar al sector de la estabilidad que necesita. Pero en última instancia este acuerdo dependerá del magen de maniobra de un Gobierno estable, que no se vea entorpecido ni por la postura contraria de otras formaciones políticas ni por los compromisos de Estabilidad para con Bruselas, que ya avisan de nuevos recortes en el gasto farmacéutico para 2017… Esto, sin contar con todo lo que pueda venir de las administraciones autonómicas.

Lo bueno es que Acebillo conoce mejor que nadie los intrincados laberintos que conducen a la Administración. En el pasado ha demostrado ser un gran negociador. Ese bagaje le será muy útil en unas circunstancias económico/presupuestarias que, de nuevo, son poco o nada favorables. También puede servir de impulso para mejorar la percepción de una industria que está en el eje de un debate global en torno al acceso y la innovación. Acebillo está llamado a dejar su huella en el código de buenas prácticas, el plan de adherencia y el Real Decreto de Precios y Financiación.