Grandes pasos se han dado en ENVI, pero hay que concretar las fórmulas que se piden para la colaboración público-privada, y la industria debe participar en su diseño
| 2017-02-03T12:49:21+01:00 h |

Mucho se ha hecho esperar la aprobación del informe sobre acceso a los medicamentos en la Comisión de Salud del Parlamento Europeo. Pero la espera ha merecido la pena. Su aprobación casi por unanimidad, resultado de una más que trabajada labor de consenso llevada a cabo por Soledad Cabezón, debería ser motivo más que suficiente para que se inicien ya las bases formales de un diálogo que permita empezar a tomar medidas que limen las deficiencias del mercado (nadie duda que las hay) sin dinamitar sus bases.

Casualmente, la salida de ENVI de este documento se ha producido en la misma semana en la que se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, una enfermedad cuya incidencia superó en 2015 todas las previsiones marcadas para 2020. Hay productos prometedores en el mercado y otros más vendrán, marcados a fuego por la perentoria necesidad de alcanzar acuerdos que permitan a los fármacos con valor terapéutico añadido entrar en los mercados, cubriendo las necesidades médicas, asegurando la sostenibilidad de los sistemas y mediante esquemas que sigan favoreciendo la generación de nueva innovación.

Grandes pasos se han dado en ENVI, pero sigue siendo hora de hablar para concretar, entre otras cosas, las nuevas fórmulas que se reclaman para la colaboración público-privada. El espíritu de la tasa sobre ventas nunca se fue. Sigue presente (aunque no explícitamente) en el ‘Informe Cabezón’, al igual que el de un “incentivo negativo” a los gastos sobre márketing y cualquier otra idea que se quiera considerar. Es hora de que la industria farmacéutica participe activamente en el diseño de esta contribución a la I+D “desde el punto de vista de la responsabilidad social” para que el resultado, efectivamente, sea bueno para todos.

Lo que comenzó siendo un ejercicio puntual que se ha mantenido desde la Presidencia holandesa de la UE (reunir cada ciertos meses en formatos de mesas redondas a representates del sector y de los estados miembro) está ahora a punto de dar un salto cualitativo y cuantitativo… Algo que hay que agradecer a la eurodiputada popular Françoise Grossetête. Su llamamiento a la creación de un foro estratégico de alto nivel en el sector farmacéutico suena prometedor, y la mejor vía para garantizar que la relación entre el sector público y el privado no deja a nadie en términos de desequilibrio.