Necesaria, ágil e innovadora. Bajo estas cualidades se erige la nueva Ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid, aprobada en el seno del pleno de la Asamblea regional el pasado 15 de diciembre. El sector farmacéutico y la Administración regional salieron de la Cámara con buen sabor de boca, a pesar de las horas (la votación de la norma no se produjo hasta pasadas las diez de la noche). Quien no se quedó con esa “buena sensación” fue el bloque de la izquierda, que se mostró muy crítica.

Sin embargo, la nueva norma es necesaria para dejar atrás a su antecesora, ya obsoleta y que databa de 1998. También es ágil, pues no todo son desarrollos reglamentarios: “Antes había 21, ahora solo 6”, ha expuesto Manuel Martínez del Peral, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM). Y es innovadora porque se actualiza y adapta a los tiempos actuales, con el objetivo de responder a las necesidades de la población.

Por supuesto, esta ley no hubiera sido posible sin el trabajo y el empeño de la dirección general de Ordenación e Inspección Sanitaria de la Comunidad de Madrid, liderada por Elena Mantilla. De hecho, tras la aprobación de la norma, el COFM felicitó su labor: “Ha hecho una escucha activa de las necesidades de la población y de los farmacéuticos”, destacó Martínez del Peral.

Por todo ello, no se entiende la dura oposición de algunos grupos de la oposición (PSOE, Más Madrid o Unidas Podemos) a un texto que ha incorporado gran parte de sus enmiendas. Por ejemplo, destaca la aceptación de crear un registro farmacológico, a petición de Más Madrid.

Respecto a la preocupación de que el texto pueda dejar la puerta abierta al llamado delivery, tanto el Partido Popular como el Colegio de Madrid aclaran que queda perfectamente regulado a quién va dirigida la atención farmacéutica domiciliaria (AFD), es decir, a personas discapacitadas o dependientes. “Será en el desarrollo reglamentario donde se tendrá que ver cómo se va a hacer y es lo que toca trabajar ahora”, ha asegurado el presidente del COFM. Gran parte del sector también interpreta el desarrollo del artículo 13 como una “buena solución” para la AFD. Así, con un potente respaldo jurídico de la norma, debería quedar claro que no hay cabos sueltos.

En definitiva, esta ley madrileña será el espejo en el que se miren otras comunidades autónomas a la hora de actualizar la regulación que atañe a las farmacias.


También te puede interesar…