| viernes, 04 de octubre de 2019 h |

Vitrakvi (larotrectinib), el primer medicamento aprobado que trata distintos tumores que comparten mutaciones genéticas, ha marcado un punto de inflexión en el abordaje oncológico. Así lo creen distintos expertos oncólogos, como Jesús García-Foncillas, director del Instituto Oncológico OncoHealth, que considera que esta aprobación demuestra cómo “la visión molecular del tumor está globalizando la oncología”. Porque ahora no todo se circunscribe en la localización del tumor, sino en la genética. Esa es la gran diferencia.

Esta visión, compartida por numerosos expertos durante el Congreso ESMO celebrado en Barcelona, se traduce en nuevos retos en lo que a aprobaciones y fijación de precios se refiere. Porque el hecho de que un fármaco pueda aplicarse a distintos tumores hace que el sistema de un único precio no sea la opción más adecuada. Así lo asegura, por ejemplo, el presidente de ESMO, Josep Tabernero, o la presidenta de SEOM, Ruth Vera. Ambos apuestan por sistemas más innovadores, como puede ser el pago por indicación. Pero también dan un paso más y abogan por nuevos sistemas de aprobaciones de fármacos, como puede ser la aprobación a riesgo o condicional. Al final, todo se traduce en buscar la mayor efectividad, a la vez que se mantiene el equilibrio presupuestario.

Rafael López, jefe de servicio de Oncología del Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela, se pregunta por qué no se puede devolver una innovación que no funciona, al igual que se hace con el resto de productos de consumo. Lo cierto es que este nuevo paradigma, que se originó en la investigación y que ya ha alcanzado el mercado, genera la necesidad de avanzar hacia fórmulas imaginativas que permita que los sistemas puedan dar acceso a las innovaciones a la vez que las compañías mantienen sus inversiones en I+D. ¿Cómo? Esa es la cuestión.

El Congreso de ESMO plantea avanzar hacia fórmulas imaginativas que aporten equilibrio a pagadores y proveedores