| viernes, 15 de noviembre de 2019 h |

El Estudio sobre el Acceso a Fármacos y Biomarcadores en Oncología 2019, publicado por la Sociedad Española de Oncología Médica, dibuja una vez más un escenario nada esperanzador para España. El hecho de que un fármaco tarde hasta 36 meses desde que obtiene precio hasta que llega al paciente demuestra la necesidad de que se adopten medidas que aceleren la llegada de innovaciones, sobre todo en patologías de alta mortalidad como el cáncer.

Y llueve sobre mojado; porque este informe se presenta tan solo unos días después de que el presidente de Farmaindustria, Martín Sellés, alertase, durante el encuentro anual que la patronal realiza con los medios de comunicación, del “preocupante empeoramiento” del acceso en España. “Los pacientes, algunos con enfermedades graves, esperan de media unos 450 días para acceder a los fármacos”, aseguraba Sellés.

En plenas negociaciones entre partidos para formar un gobierno, no está de más recordar esta situación, que llevan años denunciando tanto los pacientes, como los profesionales sanitarios y la industria farmacéutica.

De hecho, algunas patronales ya han querido poner sobre la mesa lo que consideran prioridades para el sector farmacéutico y sanitario. Establecer un marco predecible y estable donde las compañías puedan seguir creciendo y aportando crecimiento económico al país; aumentar la inversión en I+D+i o establecer políticas que impulsen sectores como el de los biosimilares o el de autocuidado de la salud deben estar en lo alto de la lista de prioridades del futuro ejecutivo. Solo con iniciativas que remen en esa dirección se logrará mantener un ecosistema que aporte a todos los niveles: económico, político y social. Todo ello repercutirá en los pacientes y en que estos puedan tener acceso a los fármacos que necesitan y que les aportan más supervivencia y más calidad de vida.

Los datos de acceso publicados por SEOM dibujan un escenario nada optimista, ni para el sector, ni para los pacientes