| viernes, 11 de mayo de 2018 h |

Hasta 2017 se habían solicitado, aproximadamente, unos 500 ensayos clínicos para terapias génicas en Europa. De ellos, 290 fueron clasificados como terapias avanzadas; sólo 19 recibieron recomendaciones de autorizaciones de comercialización y únicamente 10 fueron autorizadas. Y no todas están en el mercado: cuatro se han quedado por el camino. La imagen del embudo asociada a la llegada de la innovación no tiene nada que ver con el futuro, sino con un presente muy real.

Bajo un lema de lo más conciso, ‘Conectados’, el 38º Symposium de AEFI, celebrado la semana pasada en Madrid, ha abordado un programa lleno de contenido. Lo que ocurre en el campo de las terapias avanzadas es el ejemplo más claro de las enormes carencias que existen a todos los niveles —también y sobre todo a nivel regulatorio— para responder eficazmente al reto del acceso oportuno y sostenible a la innovación…

Es la pescadilla que se muerde la cola, como señalaban los expertos. Para que una tecnología disruptiva, que ha necesitado de una fuerte inversión para convertirse en realidad, pueda ir reduciendo sus precios, primero necesita acceder al mercado y llegar a los pacientes. Por poner un ejemplo, la tecnología móvil jamás podría avanzar al ritmo al que crece desde hace años si los ciudadanos no compraran teléfonos móviles.

En la última entrevista concedida a este periódico, Carlos Lens decía que la innovación no es un riesgo para la sostenibilidad de las cuentas públicas. En su participación en una de las mesas, la misma idea se trasladó desde la patronal de la industria farmacéutica innovadora, Farmaindustria. Confiar en ello pasa por confiar en el Real World Data, el Real World Evidence, los resultados en salud, la medición, la evaluación, la transparencia o los nuevos modelos de precios y financiación. Claves abordadas en AEFI que se seguirán abordando en futuros foros.

La imagen del embudo asociada a la llegada de la innovación no tiene nada que ver con el futuro, sino con el presente