El Gobierno de Reino Unido acaba de lanzar una propuesta de Estrategia para el sector de life science a diez años. Un proyecto a largo plazo que se materializa en siete propuestas con el objetivo final de mejorar el ecosistema de investigación del país de tal manera que repercuta positivamente en los pacientes y en la reconstrucción económica del país.

El plan se ha desarrollado con la colaboración de todos los agentes del sector sanitario y plantea el objetivo de actuar en base a un abordaje similar al que se ha seguido para dar respuesta a la COVID-19. Se trata, por tanto, de acelerar los procesos para aquellas enfermedades con más prevalencia y gravedad, favoreciendo las alianzas entre agentes para encontrar soluciones con mayor agilidad.

La estrategia de Reino Unido, por tanto, pretende establecer un antes y un después en el sector sanitario y marcar un rumbo de cara a los próximos años que hagan de Reino Unido un país más resiliente en materia sanitaria, de cara a poder afrontar los retos futuros en materia sanitaria. Y lo hace contando con los principales agentes implicados. Sin ellos, el sistema sanitario no podría alcanzar los objetivos marcados por este plan.

Su colaboración ha sido clave durante los meses más duros de pandemia; marcando claramente un camino de no retorno en lo que a colaboración público- privada se refiere.

En España, ha llegado el momento de plantearse el “¿ahora qué?. Con la estrategia de vacunación en ritmo de crucero, y los hospitales con cifras de ocupación aún lejanas a las peores olas de la pandemia, el sistema sanitario debe plantear los siguientes pasos para conseguir una mayor resiliencia para hacer frente a las futuras crisis sanitarias que están por llegar. La COVID-19 ha golpeado con fuerte la asistencia sanitaria en patologías con gran impacto como, por ejemplo, el cáncer. Ahora es momento de dar respuesta a una amenaza inminente para miles de pacientes.