Hay que subirse al carro de la digitalización…

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Hace ya tiempo que la digitalización ha llegado al interior de las oficinas de farmacia. Una digitalización en parte obligada y consecuencia de la propia evolución tecnológica de la sociedad (receta electrónica, sistemas de verificación de medicamentos) y apuntalada por las propias inversiones en este campo por el titular según su capacidad económica, ubicación y/o estructura del establecimiento: robots dispensadores, programas de gestión, servicios asistenciales (seguimiento vía apps, telemonitorización, etc.).

Ahora, lo que la farmacia pide es que se potencie la digitalización ‘puertas afuera’ de la farmacia, y ello redunde en una mayor eficiencia de la red de 22.100 boticas en el sistema sanitario. No cabe duda de que la transformación del SNS y de todos los agentes implicados en la sanidad debe girar en torno a la digitalización.

Tal como se ha puesto de manifiesto en el evento FEFE One Day, no solo las posibilidades son múltiples, sino que queda mucho camino por andar. Apostar por la digitalización es, por ejemplo, que las farmacias puedan acceder (en pleno 2022, no olvidemos), al historial farmacoterapéutico del paciente para una mejor atención y control.

Apostar por la digitalización también implica desterrar prácticas del pasado, como es el corte, cúter en mano, del cupón precinto y que pueda validarse automáticamente la facturación al sistema sanitario tras la desactivación del código con los sistemas de verificación con los que trabajan todas las farmacias.

Las redes sociales, tan odiadas por algunos y tan amadas por otro, permite mejorar la visibilidad y participar del diálogo digital

Apostar por la digitalización también puede ser la solución (o parte de ella) a los desabastecimientos. Compartir, y cruzar, información a tiempo real a través de los sistemas informáticos entre la cadena del medicamento y los organismos puede anticipar buena parte de las faltas antes de que se constaten.

Apostar por la digitalización también permite impulsar nuevos modelos asistenciales, como la telefarmacia.

Asimismo, de vuelta al interior de la botica, este nuevo mundo modernizado y conectado permite favorecer una mejor relación con el paciente. Las redes sociales, tan odiadas por algunos y tan amadas por otro, permite mejorar la visibilidad y participar del diálogo digital. Si se emplean bien, pueden ser un gran recurso para aconsejar y dar a conocer sus productos, al igual que con una página web.

No podemos olvidar que el análisis de datos — o Big Data— ofrece actualmente la posibilidad de reconocer las nuevas formas de consumo, que quiere y que busca la gente, y lo más importante, descubrir las nuevas necesidades de población e impulsar la venta cruzada.

Hay que asumir que el mundo digital y el mundo terrenal están entrelazados. Aunque hay quien se resiste a introducirse en él por tradición, edad o por la pereza de aprender. Situaciones que no tienen cabida cuando de lo que se habla es de salud y de la mayor eficiencia del SNS. La digitalización sigue su curso y no espera a nadie. O te subes al carro o el carro prosigue su marcha.