España ha demostrado con creces ser referente en ensayos clínicos a nivel europeo. Pero no sirve con llegar a lo más alto; lo crucial es mantenerse. Por ello, se deben seguir dando pasos hacia adelante en esta dirección. Con la vista puesta en este objetivo, la patronal de la industria farmacéutica española, Farmaindustria, avanza en su compromiso con los sistemas de autorregulación en materia de buenas prácticas, un aspecto muy importante para velar por la protección de datos del paciente.

Si hace unas semanas Farmaindustria y la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) aprobaban el Código de Conducta regulador del tratamiento de datos personales en el ámbito de los ensayos clínicos y otras investigaciones clínicas y de la farmacovigilancia, ahora la patronal ha constituido un órgano de control independiente que se encargará de velar por el cumplimiento de dicho código. Supone, así, una herramienta más para dar un paso adelante y asegurar el progreso en este campo. Este código se aplica a nivel nacional, aunque aspira a ser un modelo de referencia a nivel europeo.

España se ha ganado un papel protagonista en materia de investigación y ensayos clínicos; igual de importante que llegar es mantenerse, usando las nuevas tecnologías para lograr este objetivo

Esto demuestra, una vez más, que nuestro país es pionero en aplicar la tecnología en la I+D+i. Y es que España, tecnología e investigación deben ir de la mano, pues el uso del big data en la medición de resultados en salud de los medicamentos es “una gran oportunidad para la mejora sustancial de la salud de la población”, conclusión que se recoge dentro del informe ‘Big Data, Datos de Vida Real y Evaluación de Nuevos Medicamentos, elaborado por la Fundación Gaspar Casal’.

El de la industria farmacéutica es el primer código sectorial que ha aprobado la AEPD desde que entrase en vigor el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Dentro de este reglamento se recoge que todos los códigos de conducta deben designar un organismo de supervisión que actúe con plena independencia. Y es que la transparencia es fundamental, además, para que los pacientes tengan confianza en los ensayos clínicos y participen cada vez más, agilizando con ello los avances biomédicos.

Ser pioneros en tecnología e investigación no es solo un deber, sino una necesidad para mejorar la vida de los pacientes, que demandan una industria y un sistema sanitario fuertes que puedan proteger su salud.