Las necesidades siguen existiendo y están identificadas, dirigidas por la necesidad de incorporar los avances del conocimiento y de la tecnología
| 2019-06-14T13:56:00+02:00 h |

Enmarcar un cuadro tiene como principal objetivo proteger la obra, pero no menos importante es su tarea a la hora de realizarla y enriquecerla. Por sí solo, el programa que Fundación ECO y Fundamed, con el apoyo de Novartis Oncology, planearon en torno a las Necesidades para un nuevo Plan de cáncer en España, era más que suficiente como para despertar el interés. Pero el hecho de que el evento fuera acogido por el Senado, y arropado en su clausura por la vicepresidenta primera de esta Cámara, Cristina Narbona, no sólo añadió al evento una dosis de prestigio, sino que aportó una profundidad mucho mayor a algunos de los mensajes clave que hacen pensar en la necesidad de un segundo plan del cáncer en nuestro país.

En efecto, no pudo ser más oportuno hablar de inequidad que hacerlo en la cámara de representación territorial, ni pudo tener más impacto hablar del impulso necesario para la medicina de precisión en oncología que hacerlo ante quienes impulsaron y lograron aprobar por unanimidad la Ponencia de Estudio de Genómica. Indirectamente, y frente a frente a quienes defienden su disolución, esta jornada también ha servido para reivindicar el papel del Senado a la hora de mantener vivos debates que afectan a la sociedad.

En 2003, una serie de circunstancias permitieron convertir en realidad el deseo de impulsar un plan nacional frente al cáncer: a las necesidades no satisfechas constatadas por profesionales y pacientes se unió la voluntad decidida de hacerles frente a través de un trabajo consensuado de manera multidicisplinar y liderado por la entonces ministra de Sanidad, Ana Pastor. Quince años después, el SNS se enfrenta al reto de que acordar un nuevo plan que marque otro ‘antes y después’ en el abordaje del cáncer.

Cabe ser optimista. Las necesidades siguen existiendo y están identificadas, dirigidas por la necesidad de incorporar los avances del conocimiento y de la tecnología que están permitiendo cronificar e incluso curar algunos tipos de cáncer. Que existe voluntad, también parece indudable, a tenor de lo visto y escuchado en el Senado. Habrá que ver si también acompañan el liderazgo y el presupuesto suficiente como para conseguir lo que es más difícil: convertir esa voluntad en una hoja de ruta concreta que pueda convertirse en acción.

Quince años después, el SNS se enfrenta al reto de que acordar otro ‘antes y después’ en el abordaje del cáncer