Europa iniciará en las próximas semanas una nueva fase de su plan de vacunación. El número de dosis que llegan al territorio comienza a aumentar y los países se preparan ya para vacunar masivamente a millones de ciudadanos. Un reto mayúsculo, que persigue disponer del mayor porcentaje de inmunidad colectiva para este verano. Muchos países buscan aunar esfuerzos y aprovechar todos los recursos a su alcance para administrar el mayor número de dosis diaria. Entre ellos se encuentran las farmacias. Italia ha sido el último país en sumar a estos profesionales en su estrategia de vacunación. Francia, Reino Unido o Irlanda ya aprovechan a sus boticas para administrar dosis.

Pero, ¿y España? Parece que el Gobierno de Pedro Sánchez ni se plantea esa posibilidad. Al menos esa es la foto que se mostró en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, que rechazó una PNL presentada por Ciudadanos para incorporar a las farmacias, junto a otros espacios, en la campaña de vacunación. “Nos seguimos ofreciendo para contribuir en lo que haga falta en la campaña de vacunación, incluida la posibilidad de inmunizar”, insiste Jesús Aguilar, presidente del CGCOF.

Aprovechar todos los recursos disponibles en el SNS debe ser la prioridad; las farmacias pueden ayudar a conseguir la velocidad de crucero en la vacunación

Lo cierto es que desde el primer momento, las boticas han ofrecido su colaboración para ayudar en la gestión de la pandemia aunque, desgraciadamente, las autoridades no se han mostrado muy receptivas a aceptar una ayuda que otros países consideraron fundamental. El ejemplo ha sido la realización de test de antígenos en las boticas. Desde el primer momento, países como Francia o Reino Unido asumieron que las boticas podían ser el lugar idóneo para avanzar en el diagnóstico de la COVID-19.

En España ese debate se convirtió en toda una batalla política. El Gobierno central no veía con buenos ojos la iniciativa, mientras comunidades como Madrid exigían poder iniciar el diagnóstico. Finalmente, y tras meses de debate, Sanidad aceptaba su puesta en marcha. Tras Madrid, otras comunidades siguieron sus pasos, aunque, desgraciadamente, no es una medida que se haya extendido en todo el territorio.

Aprovechar todos los recursos de los que dispone el SNS es la única forma de aguantar en la gestión de la pandemia y, sobre todo, de conseguir esa ansiada inmunidad de rebaño, que logrará devolver la normalidad económica y social al país.


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