La Covid-19 evolucionará en el futuro de su actual estado de pandemia a una cronicidad permanente en nuestro entorno. Así, pasará a ser una enfermedad infecciosa endémica, como la gripe. La Covid-19 es más contagiosa y más grave que la gripe, especialmente en alguna de sus nuevas variantes. En el pasado hemos observado una tendencia a banalizar la gripe. Sin embargo, ésta es responsable de llevarse a más de 6.000 personas en unos pocos meses, según estimaciones.
En realidad, hay olas epidémicas de gripe que la hacen más contagiosa y virulenta que otras. La amenaza de la Covid-19 despertó nuestro interés por la vacuna de la gripe en 2020, cuyo uso se ha incrementado en esta última campaña. Pero la humanidad se enfrenta al hecho de que contará con dos virus endémicos que estarán a lo largo de todo el año con nosotros causando gripe y Covid-19.
Por qué es tan difícil erradicar el coronavirus
Hasta ahora, la mitad de los contagios de Covid-19 se producen en personas asintomáticas. Pasan desapercibidas y son una de las razones relevantes de que la pandemia siga sin evolucionar a la ya esperada fase endémica. La realidad es que resulta muy difícil erradicar un virus humano que cuenta con reservorios animales. Gripe y Covid-19 comparten este punto que impide su erradicación del planeta. Los reservorios y su capacidad de mutar o variar.
“la lista de animales en las que distintas especies de coronavirus aguardan su salto al ser humano es interminable”
Pájaros, visones, dromedarios, murciélagos, cerdos…la lista de animales en las que distintas especies de coronavirus aguardan su salto al ser humano es interminable. Pero la realidad es que tenemos algo parecido cada año: la gripe común. Con una capacidad de mutar limitada, las distintas variantes de la gripe son conocidas y cada temporada tratamos de averiguar la nueva variante que vendrá, y así desarrollar la vacuna.
No va a ser muy distinto con el coronavirus. La vigilancia de las cepas resistentes de SARS-CoV-2 ya ha empezado en Reino Unido, y también Estados Unidos prepara su plan de vigilancia.
¿Cómo afectará al sistema sanitario?
El SARS-CoV-2 será endémico pero estará bajo cierto control. Quizás aparecerán brotes esporádicos, fruto del relajamiento de las medidas de control en algún momento. Los hospitales españoles aún tienen un tercio de sus camas de UCI con pacientes con Covid-19 en estos momentos.
Puesto que el goteo de pacientes contagiados e ingresados se prolongará durante años, las UCIs deberán adaptarse al nuevo escenario de cronicidad intensiva. En menor medida, también los hospitales tendrán su cuota de pacientes Covid-19 que requerirán de los tratamientos adecuados.
Como con el VIH, los infectólogos acabarán ocupándose de los casos que vayan llegando, mientras que el resto de pacientes son atendidos por sus especialistas. Sería estupendo, por cierto, que lo hicieran con la especialidad de infecciosas reconocida.
El impacto oculto de la pandemia
Con los recursos sanitarios destinados a una pandemia que aún persistirá unos años, el impacto en la morbimortalidad de la sociedad es ya irrefutable. Tras el primer año, numerosos estudios van confirmando el drama de la falta de atención sanitaria por causa mayor.
Infartos que no han sido atendidos a tiempo, ausencia de diagnóstico precoz de cáncer, ictus no tratados con la suficiente anticipación…la lista es interminable. El impacto oculto de la pandemia, lo que aún se está estableciendo y perdura, será de una magnitud que asusta. Sólo hemos visto la punta del iceberg.
“Mientras se acelera la llegada de vacunas, me preocupa que las personas vacunadas actuaran como si ya estuvieran protegidas de manera completa de sufrir la enfermedad y de contagiar a otras personas”
Vacunas sí, y medidas higiénicas también
Mientras se acelera la llegada de vacunas, me preocupa que las personas vacunadas actuaran como si ya estuvieran protegidas de manera completa de sufrir la enfermedad y de contagiar a otras personas. Aunque tras vacunarse se reduce en una alta proporción sufrir la Covid-19, una persona vacunada puede contraer la infección, y puede contagiar. Y, en todo caso, estará protegido un tiempo aún por definir, antes de necesitar una nueva vacunación. Los no vacunados también serán un grupo de alto riesgo que acabarán contagiándose, sin duda.
Nuevas medidas con base científica
Por ello, será necesario mantener las medidas de control de distancia y la seguridad, e impedir las aglomeraciones. Será necesario estudiar más en detalle la dinámica de las partículas y aerosoles, la ventilación de los espacios y las concentraciones máximas de personas con cierta seguridad.
Es imprescindible retomar con garantías la actividad a todos los niveles, pero no será pronto. Para proporcionar recomendaciones precisas y basadas en la evidencia se deben impulsar estudios e invertir en investigación epidemiológica y preventiva.
Si nos vacunamos pero suspendemos las medidas higiénicas, la incidencia acumulada de casos de Covid-19 por 100.000 habitantes se mantendrá en niveles inaceptables. Pero también hemos sufrido medidas extremas que no han demostrado su eficacia, como el confinamiento radical en nuestros hogares. Es la hora de la ciencia, pero también de asumir que cada uno a nivel personal es responsable de gestionar la actual pandemia. Y deberiamos unificar criterios en todo el país para fortalecer la responsabilidad individual.