La palabra china para ‘crisis’ se compone de dos caracteres que representan tanto ‘riesgo’ como ‘oportunidad’. Esta asociación se ha convertido en un pilar incontestable de los manuales de autoayuda, si bien afirmar que ‘crisis’ es igual a ‘oportunidad’ no deja de ser algo subjetivo. Pese a todo, la realidad a veces nos demuestra que puede ser cierta. Lo está haciendo, precisamente, en el caso del nuevo coronavirus chino.
La crisis o emergencia de salud pública declarada por el 2019-nCoV ha demostrado ser una buena oportunidad de mostrar la fortaleza de los sistemas sanitarios y las bondades de la colaboración internacional. El trabajo de las autoridades sanitarias españolas (a nivel nacional y autonómico) está siendo encomiable. Y el ejemplo se repite en otros Estados miembro de la Unión Europea, bajo el liderazgo de la Comisión Europea y del Consejo Epsco, reunido de forma extraordinaria para coordinar actuaciones.
También extraordinaria está siendo la labor de la OMS para cuadrar todos los esfuerzos públicos y vincular los que están sobre la mesa con el objetivo de “aprovechar plenamente todo el potencial que ofrece la ciencia”, tal y como resaltó Tedros Adhanom. En efecto, si de encontrar una respuesta rápida al nuevo coronavirus se trata, entonces la herramienta que debe desarrollarse con la mayor celeridad posible viene de la mano del fomento de la investigación.
La decisión de reunir a la comunidad científica para diseñar la hoja de ruta de investigación del coronavirus ha sido loable. Pero el éxito de una cita no depende de quien la convoca, sino de los que responden. Y la respuesta no puede haber sido más positiva. Más de 300 investigadores participaron, presencial y virtualmente, para acordar un conjunto de prioridades de investigación. Más importante aún, diseñaron mecanismos para dar continuidad a las colaboraciones más allá del marco de la reunión, contando con la mediación de la OMS. Asimismo, trabajaron con las entidades de financiación de las investigaciones y anotaron la agenda de trabajo que realiza la industria farmacéutica.
Los antecedentes no son buenos. Nunca se ha obtenido una vacuna frente a los coronavirus, pero eso podría cambiar. Pensemos que es otra de las oportunidades que nos ofrece esta crisis.