Cuando aún no hemos alcanzado el pico de la epidemia, el punto máximo en el número de contagiados, hay que trabajar y planificar las acciones del día siguiente a la casi normalidad que vendrá.

La primera línea de batalla de la farmacia va a continuar, ahora y en los próximos meses. Y lo hará a pesar de la falta de protocolos consensuados o de un papel definido y acordado con las autoridades sanitarias de cada CC.AA. y del propio ministerio. No es el momento de reclamar nada, tan sólo de aportar para combatir mejor el Covid-19. Y eso es lo que plantea una parte de la farmacia ahora. En este caso, es el presidente de los farmacéuticos comunitarios (SEFAC), Jesús C. Gómez, que en una entrevista a EG traslada la necesidad de definir lagunas en el papel de la oficina de farmacia en la crisis de CovidD-19. Definirlas ahora y para el futuro.

Definir diversas áreas de colaboración con la Farmacia

El confinamiento de las personas en sus casas afecta especialmente a los mayores. La recomendación de no salir de casa condiciona especialmente su vida. Si son enfermos crónicos, necesitan sus tratamientos y alguien que se los lleve. Las farmacias que están enviando a sus pacientes los medicamentos que necesitan por causa mayor sólo pueden ser felicitadas. Pero harían bien las consejerías en crear el marco legal que lo permita.

Protocolos de seguridad oficiales

Sabemos que hay escasez generalizada de bienes ahora de primera necesidad como mascarillas y geles de hidroalcohol. A medida que el suministro se normalice, se dará a la farmacia la oportunidad de distribuirlo entre la población. En otro orden de cosas, ¿cómo debe actuar una farmacia con una superficie pequeña? ¿Cuántas personas pueden entrar? ¿Qué hacen si se les pagan en billetes? Son muchos detalles, que se están solucionando desde la farmacia con voluntarismo y sentido común, pero requieren algo más. La farmacia necesita protocolos adaptados a estos casos, como se están viendo en muchos supermercados de alimentación. Es importante que las farmacias tengan normas de actuación claras y fiables, y en esa tarea las principales instituciones farmacéuticas tienen un importante papel en estos momentos. Jesús C. Gómez reclama protocolos conjuntos de actuación.

SEFAC y SEMERGEN han entendido que la colaboración entre los profesionales de la Atención Primaria es clave.

La Atención Primaria (AP)

Los centros de salud y los médicos de familia siguen operativos pero sólo si es una verdadera necesidad. Sin embargo, en cuanto el estado de alarma pase, tendremos incremento del flujo de enfermos crónicos que necesitarán ser atendidos. La coordinación con la farmacia será igualmente necesaria para acometer ese incremento de demanda asistencial. SEMERGEN y SEFAC son ya conscientes de ello.

Un protocolo para cada fase pandémica

Pero habrá que actuar de manera distinta según el momento. Y los momentos se intuyen: durante el estado de alarma en el que estamos, mientras dure una nueva fase de prevención que se alargará, o cuando llegue el invierno. Los expertos epidemiólogos definirán cada fase y desde la farmacia y la AP deberán actuar en consecuencia y en coordinación.

La casi normalidad que vendrá

Realmente no sabemos si se prolongará más el actual confinamiento de las personas en sus casas. No lo saben ni los que deben tomar la decisión, porque todo se decide con el escenario de cada momento, reaccionando en tiempo real. Si se levanta el estado de alarma, será con la epidemia aún en ciernes, por lo que deberemos seguir manteniendo pautas preventivas.

El final de la epidemia

El primer momento de la victoria de esta batalla cruenta será cuando se informe de que no hay nuevos contagios. Pero, incluso cuando los contagios sean cero, habrá que esperar al otoño-invierno con la nueva ola de gripe, que no sabemos si será el SARS-CoV-2 u otro virus. Entonces la farmacia y la atención primaria deberán estar preparados, con protocolos y con la garantía de que ahora si hemos planificado los escenarios.