SANITARIA

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Santiago de Quiroga Presidente Editor de EG | viernes, 14 de septiembre de 2018 h |

Las pugnas políticas y el listón impuesto han hecho saltar por los aires la acción del Ministerio de Sanidad al dimitir Carmen Montón; las ministras son ahora más interinas de lo que ya eran. Y eso no es bueno para el sector ni para la sociedad. Quejas de las oposiciones aparte, tan necesarias como esperables, el ministerio debe ejercer sus funciones, y debe tener tiempo para desarrollar sus planes, que es justo lo que no se tiene. Por eso, la dimisión de una ministra por cuestiones ajenas a su gestión, sin haber llegado a los 100 días, es una mala noticia, y también tiene algo de injusto. La ministra María Luisa Carcedo tiene que completar ahora su equipo. ¿Aprovechará el equipo nombrado hace apenas tres meses? ¿Tienes sentido su renovación en un contexto de elecciones a pocos meses? ¿Querrán, por responsabilidad, aceptar (si la ministra Carcedo así lo estima) mantenerse en el puesto y rendirle así tributo a la persona que confió en ellos y ellas? Un análisis detenido no arroja dudas: un nuevo equipo se encontraría en periodo preelectoral (si no estamos ya) o con una cercana convocatoria de elecciones. Así, un nuevo equipo no habría siquiera hablado con los representantes del sector ni con las DG de las consejerías del ramo. La legislatura en sanidad habría sido fallida. Los profesionales sanitarios, los pacientes, las empresas y los ciudadanos no se merecen un parón de esa magnitud. No hay tiempo que perder en nuevas interinidades, si se quiere avanzar.