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Con una red de 800 farmacias detrás, Luda Farma, apoyada por la patronal FEFE y su homóloga de Madrid, Adefarma, se enfrenta a la posible ilegalidad de su actividad. Luda Farma me recuerda a lo que decía un crítico en The New York Times sobre nuestra folclórica más internaconal: “Lola Flores ni canta, ni baila, pero es todo un espectáculo”. Eso le pasa a Luda Farma: ni vende por internet ni es una compañía de mensajería, pero todos están pendientes de ella. Los argumentos de Luda Farma para explicar su actividad parten de una realidad que sigue sin resolverse de manera satisfactoria en España: el desabastecimiento. La compañía Luda Farma afirma que conecta a las farmacias y ofrece al paciente un servicio on line que, dice, no recomienda ninguna botica, ni vulnera el principio de libre elección de la farmacia por el paciente. La Aemps ya ha confirmado a EG la apertura de un expediente que el pasado 29 de mayo la compañía afectada decía no haber recibido notificación. Pero si no vende y no envía medicamentos, va a ser difícil concretar la supuesta ilegalidad, especialmente porque las farmacias adheridas son un grupo considerable de 800 farmacias. Quizás los esfuerzos ahora deberían ir encaminados más a intentar averiguar las razones de los desabastecimientos crónicos de nuestro sistema sanitario en relación a ciertos medicamentos y proponer una solución para que no sea necesario conocer en qué estantería de qué botica hay un medicamento que necesita un paciente.
