Santiago de Quiroga Presidente Editor de EG | viernes, 28 de octubre de 2016 h |

Si algo va a marcar las siguientes semanas es el desconocimiento de las CC.AA sobre sus límites o techos presupuestarios sanitarios para 2017. Los economistas de la salud, reunidos en un cónclave muy oportuno, ya alertan de que la prórroga presupuestaria afectará a la financiación sanitaria: nuevos impuestos y nuevos servicios. No se sabe ni qué ni cuándo, pero habrá de lo uno y de lo otro. En algunos casos los deberes se han hecho: Andalucía o Navarra han aprobado su propio techo de gasto, pero el resto han optado por prorrogar unos presupuestos que no tienen un encaje tan fácil en el año 2017.

Los economistas de la salud están dando cada vez más muestras de que sí les preocupa, y mucho, la divulgación y la difusión de sus opiniones en materia de política sanitaria. Es una función menos lustrosa que las publicaciones académicas, pero también ayuda de manera importante a que los decisores tengan la opinión de los expertos en cuenta. Si el mencionado grupo de economistas y expertos es capaz de listar 100 propuestas, como pretende, será una lista razonable y consensuada que resulta muy oportuna en este periodo de mayorías ocasionales y puntuales, en una suerte de Gobierno “día a día” que nos espera, quizás durante más tiempo del que algunos han creído.

100 propuestas razonables y de consenso resultan oportunas en este periodo de mayorías ocasionales

Ya hubo un experimento parecido, el llamado “Informe Abril” que en los 90 diagnosticó los males futuros que le esperaba al Sistema Nacional de Salud. Pero lo hizo en un contexto de mayorías absolutas (con o sin apoyo nacionalista) que dejaba en manos de un sólo partido implantar las medidas necesarias. Julián Garcia Vargas lo ha indicado con una fina ironía: “El Informe Abril fue un fracaso exitoso”. Ahora se quiere aprovechar la coyuntura y presentar algo que los partidos políticos puedan entender y atender. Las 100 medidas pretenden establecer que la nueva realidad es la inversión de la pirámide poblacional, el incremento de la cronicidad y la llegada de innovación terapéutica y tecnológica.

La situación de interinidad de casi un año no ha ayudado al liderazgo que se espera del Ministerio de Sanidad. Si bien todos le exigen autoridad, la misma empezaría porque el Gobierno no le deje supeditado a otros ministerios, especielmente Hacienda. Por esa razón, creo que es muy importante dejar de lado los conflictos ideológicos sanitarios y centrarse en facilitar la suficiencia financiera de la sanidad, y decidir qué servicios se van a dar y de qué forma lo vamos a pagar.

Muchas de las cuestiones analizadas por los economistas de la salud, su diagnóstico y muchas de las propuestas no serán del todo nuevas, por supuesto. Pero serán razonadas y tendrán la adecuada dosis de realismo. Con todo, si los recursos va a la sanidad y dejan otras areas relevantes (obras públicas, por ejemplo) será porque se ha priorizado la sanidad. La mayoría de los partidos están en esa línea, y algunos han firmado acuerdos de investidura haciendo mención a no recortar más en Sanidad. PSOE y C’s, PP y C’s han dejado escritos sus acuerdos. Es muy probable que si los tres se ponen de acuerdo, la sanidad tendrá el apoyo que necesita, pero el sector deberá luchar por hacerse oir.

Seguiremos la pista…

Los economistas presentarán 100 medidas para auxiliar a la Sanidad, y el momento resulta muy propicio para escuchar recomendaciones razonables.

Poco margen de maniobra para las CC.AA en materia de presupuestos. La prórroga de los PGE ya afectará a la financiación sanitaria.

La Oficina de Farmacia no puede estar al margen de la innovación que llega. Si ésta se va al Hospital por cuestiones de ahorro, el modelo no se sustenta.

Lilly, Novartis, GSK, Sanofi, Bayer y Pfizer mueven ficha y se ponen a trabajar en programas concretos para facilitar acceso a terapias en países en desarrollo. EG explica cómo.

Cada vez resulta más claro que uno de los ahorros de 2016 vendrá por la implantación de los Biosimilares. Extremadura se suma en boca de su consejero de sanidad, José María Vergeles.