¿Actúan correctamente los líderes enfermeros?

197

La respuesta del COFM de no compartir mesa con quien desprecia e insulta a otra profesión sanitaria es legítima y proporcionada. Los líderes enfermeros tienen que rectificar.

No resulta lícito cuestionar, menospreciar e, incluso, calumniar a una “profesión hermana” como define el COF de Madrid a la propia enfermería. La farmacia y la enfermería son profesiones hermanas y se deben respeto en la discrepancia. El empecinamiento y hostigamiento continuo de los líderes enfermeros es un corporativismo mal entendido. La situación insostenible, por persistente e indiscriminada, ha provocado una respuesta contundente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM).

El COFM no tendrá relaciones institucionales ni compartirá mesa con los representantes enfermeros hasta que se retracten y cejen en sus continuos ataques.

“No he presenciado jamás una pugna entre profesionales sanitarios (y ha habido unas cuantas) en las que el menosprecio de una de ellas hacia la otra sea tan mezquino, inconsistente y gratuito

Estos ataques de los líderes enfermeros no tienen un límite geográfico concreto, ya que el perjuicio se hace a toda la profesión farmacéutica. No he presenciado jamás una pugna entre profesionales sanitarios (y ha habido unas cuantas) en las que el menosprecio de una de ellas hacia la otra sea tan mezquino, inconsistente y gratuito.

UNO. Es mezquino, y hasta barriobajero en sus formas, cuando se pretende calumniar con, entre otras cuestiones, el supuesto “exclusivo interés económico” único de la farmacia, y otras mentiras igual de poco elaboradas. El interés económico no es mayor que el de los enfermeros en sus salarios, o que los dentistas, médicos y fisioterapeutas en sus consultas privadas, cuando las tienen.

DOS. Es inconsistente porque no aciertan en sus críticas, ni cuando se les está facilitando la posibilidad de nuevas oportunidades laborales a muchos enfermeros, con iniciativas que ofrecen una salida profesional con la colaboración de la farmacia.

TRES. Y es gratuito porque no es necesario, no gana nada la enfermería y pierde credibilidad, pierde oportunidades de colaboración y acaba con el respeto hacia sus líderes. Si no eres capaz de respetar a otros sanitarios no estás representando con dignidad a las enfermeras de Madrid ni de España.

Una excelente profesión enfermera…con sus líderes broncos

Pero yo no creo que sea una idea común la inquina contra la farmacia de los líderes enfermeros. No es común a la excelente profesión enfermera, aunque una parte de ella haya elegido a sus líderes. Éstos lanzan soflamas que tratan de identificar un enemigo inexistente que les quiere comer “el queso“, si se me permite la expresión, un queso de sus actividades sanitarias.

Estos representantes enfermeros justifican sus ataques generalizados en la creencia que la farmacia va contra sus intereses, pero es justo al contrario. Ninguna propuesta de la farmacia impide sumar con la profesión enfermera. La miopía de los líderes enfermeros contrasta con la preparación, capacidad y profesionalidad de la inmensa mayoría de las enfermeras de España.

El COFM hace bien en exigir el cese de una hostilidad permanente, rancia e injusta. Hasta aquí se ha llegado. La dignidad de la farmacia exige esta respuesta hasta que se rectifique.

“Y mientras esto sucede, el papel de la farmacia se consolida cada vez más”

Y mientras esto sucede, el papel de la farmacia se consolida cada vez más. Tras años de incomprensible ausencia, las gestiones del CGCOF han dado sus frutos y se ha conseguido la incorporación de la profesion farmacéutica al Foro de las Profesiones Sanitarias que convoca el ministerio de sanidad. En dicho foro se compartirá mesa con los representantes de la enfermería. Cada organización es legítima para decidir sus relaciones institucionales, en qué mesa está y en qué mesa se ausenta.

La respuesta del COF de Madrid es proporcionada a los ataques de los representantes enfermeros. Ahora le toca a los líderes de éstos reaccionar, o a las bases de la enfermería poner fin a esta senda de hostilidad permanente hacia la farmacia.