38 Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria

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Esther Martín del Campo Barcelona | viernes, 11 de mayo de 2018 h |

El presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Salvador Tranche, repasa los temas principales del congreso de esta sociedad científica.

Pregunta. En el castell de la sanidad es imprescindible el trabajo en equipo, ¿saben de ello los médicos de familia?

Respuesta. Somos líderes. En la inauguración comentaba cómo empezó primero la medicina de familia y después el decreto de estructura básica en el año 84. Pasamos de un modelo muy aislado, el médico de dos horas y media, sin ninguna continuidad, y nos encontramos con un entorno nuevo en el que el concepto de trabajo en equipo es una herramienta básica.

Trabajamos en equipo, lo cual no quiere decir que sea fácil. En un equipo de atención primaria son protagonistas todos, el primero el paciente, pero luego también el auxiliar administrativo, el enfermero, cada uno con sus roles. Un elemento fundamental es la continuidad, que te vea siempre el mismo médico de familia es esencial.

Otro elemento fundamental es el trabajo en equipo. Nos falta dar un paso más aquí, más que nada en la gestión del trabajo en equipo. Hacemos autogestión potente de puertas para adentro, el médico es el rey en su consulta, pero falta hacer más autogestión en los centros.

El que toma decisiones finalmente es el médico pero tiene una estructura muy rígida, muy funcionarial. Hay muchos mandos intermedios que limitan mucho. Tenemos un modelo del siglo XX para unas necesidades del siglo XXI. Es un liderazgo natural el que se da en los equipos y en los castells la base es la clave. Sin una base muy potente el sistema se cae, y ahí está la primaria.

P. Y en ese castell ¿dónde está el paciente, arriba del todo?

R. Tendría mucho peligro, yo creo que no… hasta ahora el paciente ha sido un espectador pasivo. Con algunas iniciativas le hemos hecho ms pasivo aún.

La vida se ha medicalizado. Hay situaciones en las que es normal estar triste, fallece un ser querido, por ejemplo… Ahora lo medicalizamos. No puedes estar triste. Hemos pasado de un papel muy paternalista del mdico a un papel de consumo.

P. ¿Cuál debe ser su lugar?

R. Tiene que resolver los problemas de los pacientes intentando fomentar la autonomía, haciéndole más autónomo. El observatorio comentaba hace poco que dos elementos clave que hacen que el paciente valore a su médico de atención primaria son la confianza y la seguridad.

P. Propone dejar al lado el discurso victimista, ¿se quejan mucho los médicos del primer nivel?

R. Los médicos y muchos especialistas con influencia en los medios. Esto está fatal, no me hacen caso, no me reconocen, le dan más al ámbito hospitalario… Siempre estamos con eso, qué hay de bueno con ese discurso? ¿Vienen más residentes por ello?

Ha llegado el momento de tomar las riendas ya. Hay mucho que mejorar. Es verdad, el ahorro que se ha producido se lo ha llevado el ámbito hospitalario, las decisiones políticas nunca ha venido acompañado de un presupuesto en primaria. Nos vamos empobreciendo porque el presupuesto en primaria no sube. Pero también se va empobreciendo en gestión, etc.

Sin embargo, el nivel intelectual de los médicos de familia es mejor que nunca. Se están haciendo cosas en la consulta que hace unos años era inviable.

En los años 85 noventa teníamos un fonendo y comprábamos el otoscopio de nuestro bolsillo. Hoy en día tenemos tecnología y una capacidad resolutiva total, y lo que no, podemos pedirlo. Nos hemos instalado en la cultura del victimismo y el lamento, y eso nos resta atractivo. Ha llegado el momento de liderar de abajo hasta arriba. Hay que aprovechar el cambio generacional para hacer una transformación. Ya hay experiencias de éxito y deberíamos copiarlas.

Tenemos que recuperar la ilusión y la transformación del equipo y hay que llevarse a los equipos, hay que transformarlos. En aquellos primeros años aquellos hubo una transformación científica muy importante. Hay que hacer una transformación de equipos, con organizaciones más dinámicas, con liderazgos más profesionales, menos administrativos.

Los mandos intermedios no nos están ayudando, porque supone perder poder en una estructura rígida. Hay que huir del llanto continuo y dejar de ir de calimeros, porque no nos ayuda nada.

P. ¿Alguna experiencia concreta?

R. La experiencia de Cantabria y de algunos centros en Cataluña está muy bien. Algo tan sencillo como devolverles la información sanitaria que producen. Hay que pasar un poco de cuántos hipertensos tengo controlados o cuántas derivaciones hago. Lo tenemos controlado desde hace años. Es hora de decir cuántos ictus tengo, a cuántos no estoy mirando que debía de mirar. Cuántos de los que son no están en los programas de cribado. En muchas comunidades están diseñando programas de cribado al margen de los médicos de familia.

Qué pasa con los que no van y no se hacen esas pruebas. Ese tipo de información define tu perfil profesional o las áreas de mejora. Esa información hace que en los centros de transición se tomen las decisiones de otra manera.

P. ¿Cómo son esos perfiles?

R. Cuando quieres por ejemplo introducir una técnica nueva quieren un médico joven, cuando quieren manejar un problema complejo mejor un médico senior, que sabe manejar una complicación, etc.

Da el perfil profesional, y ambos están contemplados en medicina de familia.

Navarra también tiene un plan de mejora que da un mayor papel a la enfermería. Esas experiencias también ayudan mucho. Algunos centros se han descongestionado, por dar cabida a los auxiliares administrativos, las enfermeras, médicos. Todos son protagonistas y el paciente obtiene un beneficio sustancial.

Ocupamos una posición ideal no solo para indicar un tratamiento o no. Sino también cuando vienen de otro ámbito conviene saber qué no se debe hacer. Hay que salir del corsé administrativo.

P. ¿Desde una sociedad científica qué se puede hacer para que la casa de la medicina de familia sea atractiva?

R. Hay un trabajo que estudia qué factores pueden hacer que se elija medicina de familia. Un padre o una madre médico de familia multiplica por tres las posibilidades de que su hijo también lo sea. Cuando se ve en casa, se conoce bien, transmites ilusión, necesidad de cambio y es más fácil.

Tenemos un poder que no terminamos de conocer. Los ciudadanos son cómplices, hay que abandonar el discurso victimista, hay que apostar por la medicina de familia y hay que empezar a ser valientes, hay que reivindicar nuestro papel en la organización.

P. ¿Es asumible?

R. Es difícil porque los políticos son como un frontón, pero hay que pelear por eso, no hay otro remedio. Hace tres días un editorial del Jama habla de la importancia del carácter. Habla de Adam 1 y Adam 2, todos lo tenemos. En el número uno estaría el médico que persigue prestigio social, el segundo mucho más intimista…. Elegir el primero tiene su coste emocional, pero bueno. Hay que apostar por ello.

n los ltimos días se ha reabierto el debate sobre la eutanasia… Creo que no se debe sustraer al mdico de familia del debate de la eutanasia y el suicidio asistido. Hay un ámbito muy de la atención primaria aquí. Hago un pacto con mi paciente, le acompaño en todos los momentos de su vida y cuando entra en esta situación le voy a seguir ayudando, le voy a seguir aliviando. No podemos sustraernos de este debate.

Eso es un estímulo, un reconocimiento impresionante. Me llevo una carga impresionante de mis pacientes, y también un coste emocional enorme ante determinadas realidades que vemos.

El discurso debe ser más en positivo, más ¡vamos a por ello!

En los ochenta transformamos la realidad, en su momento hubo cierta complicidad de la administración. Aquello fue muy difícil, pero una estructura muy arcaica se transformó.

Hay que recuperar la innovación tecnológica, de recursos y este estímulo positivo.

P. ¿En qué punto está vuestra política de compliance?

R. Lo estamos iniciando. Tiene una parte legal importante, de introducir en la organización herramientas que analicen el riesgo de delito. En área informática, fraude fiscal, etc., nos afecta mucho y nos gusta especialmente aquella visión en la que no se penaliza solo al que lo ha hecho, sino también a la organización.

Hay que diseñar los mecanismos que analicen esos riesgos. Por un lado se están analizando esos riesgos. Son términos que nos cuesta entender, pero es una cultura que hay que crear y establecer desde dentro.

Nos gusta especialmente todo el tema relacionado con la gobernanza y la ética. Hacemos rendición de cuentas todos los años en la asamblea. Hay que avanzar más en transparencia, rendición de cuentas, compromiso ético de toda la organización. Ahora tenemos de los socios, de los grupos de trabajo, las ponencias comienzan haciendo declaración de actividades, pero hay que trabajar más en la ética de la organización, cuyo propósito sea promover la excelencia de sus socios. Y un paso más, que la relación que mantenga con sus proveedores también tenga sea ética. Si una empresa tiene un comportamiento poco ético, que no tengamos relación.

Me parece que somos la única sociedad que lo está poniendo en marcha y es un elemento de transformación muy importante en una organización del siglo XXI.

R. Y de cara al año próximo, un congreso 100 por cien con recursos propios…

R. Es una apuesta. Tenemos un código ético que reconoce nuestra relación con administración y la industria, cada vez es todo más transparente. La ciudadanía lo está demandando y aquellos que no pongan en marcha estos mecanismos lo van a sufrir. Es un desafío que exige el compromiso de toda la organización. No queremos plantearlo en negativo, no quiero decir un congreso sin industria o libre de humos, lo quiero poner en positivo, con recursos propios. Tenemos una docena de actividades que hacemos con recursos propios. Evidentemente, con un control económico importante.

Málaga va a ser importante. Un congreso diferente, más limitado en actividades y con números clausus, porque habrá que controlar muy bien los presupuestos. Pero estoy convencido de que va a salir bien. Los socios lo pidieron hace cuatro o cinco años. Es una apuesta decidida. Si vemos que no sale, habrá que plantear otra cosa. Insisto que no es en contra de nadie, porque nos gustaría seguir manteniendo actividades con industria, administración, etc.

P. Se ha hablado de un congreso rejuvenecido en los últimos años… ¿qué lugar ocupan los médicos jóvenes y los residentes?

R. Son casi mil personas residentes, alrededor del 40 por ciento. El recambio está asegurado. Tratamos de que la casa sea agradable. Madrid salió muy bien con un porcentaje muy alto de jóvenes médicos y residentes. La gente viene, sale contenta, y llama a más gente.

Es una forma diferente, la estética es diferente, la inauguración también lo es. La situación laboral de muchos compañeros, de edad intermedia, hace que muchos no puedan venir. La oferta formativa de reuniones es enorme, no puedes irte a tres congresos al año y sobrecargar a tus compañeros.

Entre las actividades dirigidas a ellos, se ha puesto en marcha una plataforma para jóvenes médicos que van desde cómo elaborar un currículum a pautas para buscar un trabajo, etc. De cara a los residentes, somos muy potentes a nivel internacional, con apoyo a las Vasco de Gama, con grandes posibilidades de rotar dentro y fuera de España.