GM | miércoles, 19 de diciembre de 2018 h |

El Sindicato de Enfermería, Satse, ha reclamado al Gobierno una norma que asegure la protección de la salud de los profesionales sanitarios que utilizan y manipulan medicamentos peligrosos, especialmente las enfermeras y enfermeros encargados de la preparación y administración de estas sustancias, al haberse constatado que los riesgos para su salud son cada vez mayores.

En un manifiesto registrado en el Congreso de los Diputados, que también suscribe el Consejo General de Enfermería (CGE) y otras organizaciones sindicales y sociedades y asociaciones profesionales, científicas y de pacientes, el Sindicato de Enfermería recuerda que la utilización de medicamentos peligrosos, no solo antitumorales sino otros de uso muy frecuente, no ha parado de crecer en los últimos años, con el consiguiente riesgo para los profesionales sanitarios y también para los pacientes.

Aunque la propia UE reconoce que los medicamentos peligrosos representa el factor de riesgo químico más importante en Sanidad, en la actualidad, apunta Satse, no hay a nivel europeo y tampoco en nuestro país una legislación que aborde específicamente los riesgos que supone para el personal del ámbito sanitario la exposición a medicamentos peligrosos en el trabajo, y que son de uso frecuente en todos los centros sanitarios y sociosanitarios e, incluso, en los domicilios de los pacientes. Riesgos que incluyen, por ejemplo, que los profesionales puedan desarrollar algún tipo de cáncer, o en caso de embarazo malformaciones fetales o abortos.

Por ello, las organizaciones firmantes del manifiesto reclaman al Ministerio de Trabajo el desarrollo de una norma de ámbito estatal que asegure la protección de los profesionales sanitarios que utilizan y manipulan medicamentos peligrosos, así como campañas de información sobre la misma en los centros, y suficientes recursos de inspección para asegurar que se está cumpliendo.

Asimismo, al Ministerio de Sanidad se pide un estudio sobre la situación actual de los centros sanitarios y sociosanitarios españoles en materia de protección a los profesionales y pacientes a la exposición a medicamentos peligrosos, y el desarrollo de una guía nacional en materia de protección a trabajadores y pacientes que complemente la norma y se convierta en protocolo de obligado cumplimiento en todos los centros.

También se reclama que se asegure, dentro del Consejo Interterritorial del SNS, que en todas las comunidades autónomas se cuenta con los mismos recursos disponibles para la protección de los profesionales y los pacientes, y el desarrollo de un sistema de vigilancia sobre los niveles de contaminación de medicamentos peligrosos existentes en los centros sanitarios, tanto en las áreas de farmacia como en las de preparación y administración de medicamentos.

El Observatorio de Salud Laboral, impulsado por la Mesa de la Profesión Enfermera (Satse y Consejo General de Enfermería), ya denunció a través de un estudio realizado hace unos meses que sólo en el 47,2 por ciento de los centros sanitarios existe un protocolo que obligue a la utilización de un sistema cerrado de preparación y administración de medicamentos peligrosos.

Asimismo, en más de la mitad de los centros no se ha realizado una evaluación de los riesgos laborales que asumen las enfermeras y enfermeros que manejan productos citostáticos, los cuales son habituales en el tratamiento del cáncer y se utilizan cada vez más en otros muchos ámbitos sanitarios, como en hematología o reumatología, así como en el manejo de enfermedades no cancerosas como la esclerosis múltiple, la psoriasis, el lupus eritematoso sistémico o incluso la insuficiencia cardiaca.

De otro lado, en los centros donde sí existe ese protocolo, resulta especialmente preocupante el desconocimiento respecto al sistema utilizado, ya que el 53,9 por ciento no sabe qué tipo de sistema se utiliza para la administración de medicamentos peligrosos, señalaba el Observatorio de Salud Laboral.

Por ello, Satse a través de este manifiesto, busca sumar apoyos para la protección real de la salud de las y los profesionales, siendo especialmente vulnerables las enfermeras y enfermeros, encargados de la preparación y administración de cantidad de medicamentos peligrosos en su labor diaria, para que trabajar no suponga un riesgo añadido de enfermar por falta de información o medidas de prevención adecuadas.