GM | martes, 12 de diciembre de 2017 h |

Los programas Zero han cosechado una importante reducción de infecciones relacionadas con dispositivos invasores (bacteriemias relacionadas con catéteres, neumonías relacionadas con ventilación mecánica) y ha demostrado que es posible no sólo contener la progresión de las bacterias multirresistentes (BMR) sino reducir su incidencia en un grupo de pacientes especialmente graves. El Ministerio de Sanidad ha insistido en un comunicado en que la aplicación de los proyectos de seguridad en pacientes críticos ha incrementado la cultura de seguridad entre el personal sanitario, ha mejorado la comunicación entre estamentos y ha permitido reducir en un 50 por ciento las tasas nacionales de bacteriemia y neumonía así como disminuir en más de un 20 por ciento la tasa de pacientes que adquieren una bacteria multirresistente durante su estancia en dichas unidades.

La aplicación en España de prácticas clínicas seguras en el entorno de pacientes críticos se han concretado en el diseño y aplicación de tres proyectos específicos conocidos como Proyecto Bacteriemia Zero (BZ), Proyecto Neumonía Zero (NZ) y Proyecto Resistencia Zero (RZ). Estos tres programas han sido patrocinados y promovidos por el Ministerio de Sanidad en el marco de la Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud, a través de las consejerías de Salud de las distintas CC.AA. y liderados científicamente por el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) con la colaboración de la Sociedad Española de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias.

La aplicación de los proyectos de seguridad en pacientes críticos basados en la aplicación de recomendaciones con elevada evidencia científica ha demostrado una importante reducción de infecciones relacionadas con dispositivos invasores (bacteriemias relacionadas con catéteres, neumonías relacionadas con ventilación mecánica) y sobre todo ha demostrado que es posible no sólo contener la progresión de las bacterias multirresistentes (BMR) sino reducir su incidencia en un grupo de pacientes especialmente graves. Además, ha incrementado la cultura de seguridad entre el personal sanitario, ha mejorado la comunicación entre estamentos y ha permitido reducir en un 50% las tasas nacionales de bacteriemia y neumonía así como disminuir en más de un 20 por ciento la tasa de pacientes que adquieren una bacteria multirresistente durante su estancia en dichas unidades.