El futuro de la medicina de precisión: fortalezas y debilidades

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CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 14 de julio de 2017 h |

El futuro de la medicina de precisión es una cuestión que se está debatiendo en todos los círculos sanitarios.

Bajo el palio de mantener el equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad los profesionales buscan soluciones en un ejercicio de análisis y debate. Así lo han hecho los oncólogos en un workshop organizado por la Fundación ECO, con la colaboración de Astrazeneca, que congregó a 24 jefes de servicio de las distintas comunidades autónomas para acotar esas fortalezas y debilidades que hasta ahora están rigiendo este nuevo escenario en la precisión de la medicina. Esta sesión de trabajo estuvo precedida por una conferencia magistral sobre los últimos avances del presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), Fortunato Ciardiello, que hizo una revisión del estudio CAPRI-GOIM, a través de un programa clínico para evaluar el papel de la inhibición del EGFR en el cáncer colorrectal metastásico.

Carlos Camps, director de Proyectos Científicos de la Fundación ECO, por su parte, trazó el escenario en el que actualmente se mueven los profesionales.

Las alteraciones moleculares están marcando la práctica clínica desde hace unos años. “Se han dado pasos importantes con múltiples líneas de investigación”, expuso. Un nuevo escenario para el que no han tenido formación. Sin embargo, se ha ido incorporando nueva tecnología y nuevas terapias necesarias para el abordaje del cáncer que han llevado a una especialización autodidacta. “La mayoría de los tumores tienen muchas dianas potenciales, pero realmente hay pocas”, indicó . Esto implica una complejidad añadida para seguir avanzando en precisión. Por ello, encontrar un nuevo modelo de organización para intercambiar datos moleculares es una necesidad en este campo. En España esta tarea se complica, en opinión de los oncólogos, por la mera denominación de los centros de referencia (CSUR). La designación de unos y otros, en ocasiones puede herir suceptibilidades. Algo que “hay que superar”.

Algo que supone la implicación de todas las esferas sanitarias; políticos, administración, profesionales, e industria farmacéutica.

A falta de un plan nacional para seguir avanzando, los oncólogos son conscientes de las áreas a reforzar. Efectividad, eficiencia, organización, humanización y formación son los cinco pilares que deberían vertebrar la oncología del futuro. En torno a estas variables se organizaron cinco grupos de trabajo.

Efectividad

Javier Salvador Bofill, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen del Rocío, fue el portavoz del grupo encargado de abordar la efectividad en medicina de precisión.

En la actualidad, hay numerosos ensayos clínicos que desarrollan moléculas, sin embargo, “los mecanismos de acción son similares”, apuntó. En este sentido, consideran que hay que incorporar más estudios académicos de los fármacos diana. La supervivencia global está todavía lejos, por ello, invertir en estos ensayos es necesario. “No estamos cuantificando la supervivencia”, indicó Bofill.

En la práctica clínica, los profesionales se enfrentan a las múltiples mutaciones genéticas, con pocos drivers. Este es otro de los desafíos en el campo de la oncogenética. A juicio de Luís Paz-Ares, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre, debido a la complejidad en este campo, y que actualmente en las consultas se tratan a subgrupos de pacientes es impensable hacer estudios fases III, por lo que habría que facilitar con otro tipo de estrategia una información de calidad que consiga dar datos y resultados. “Un buen ejemplo serían los registros de pacientes auditados”, indicó Paz-Ares.

Eficiencia

El debate sobre trabajo en red para el desarrollo de biomarcadores salió a la palestra en el segundo grupo de trabajo encargado de la eficiencia. Fue Bartomeu Massuti, jefe de Oncología Médica del Hospital General de Alicante, y portavoz del grupo, quien aseguró que la centralización es necesaria para la reducción de costes. “Otra cosa es la organización de los centros y unidades de referencia”, explicó.

Las plataformas de biomarcadores pueden contribuir a mejorar la equidad y puede ayudar también a ofrecer datos. “Habría que repensar el modelo”, incidió el oncólogo. De una forma u otra, lo que parece claro es que asignar recursos de manera centralizada genera ahorros, aunque este ejercicio conlleve “incomodidades” por la simple denominación.

Por otra parte, es necesario medir los resultados en salud, que a su vez es también la gran tarea pendiente del Sistema Nacional de Salud (SNS).

El tercer pilar es la obtención de los Real World Data (RWD) de las consecuencias de los biomarcadores. Sin embargo, como apuntaron los especialistas existen varios handicaps, como que “los sistemas informáticos no son interoperables”, además de la inexistencia de una historia clínica real.

Por otra parte, uno de los ejes de la eficiencia es la desigualdad entre los sistemas de autorización y precio de Europa, y el retraso que esto supone en la aprobación de fármacos. “Choca con las barreras en los niveles económicos de cada país”, aseguró Massuti. En este sentido, sí que coincidieron en buscar una fórmula para reducir todas las estructuras que existen en la aprobación de los fármacos. Algo que “tendría un impacto los costes, ya que el modelo actual “es ineficiente”. Si bien, avanzar en nuevas líneas como el mecenazgo y el crowfounding también contribuiría a mejorar la equidad en este terreno.

Organización

Reorganizar el mapa por áreas de salud es una necesidad “urgente” para el SNS. Luis de la Cruz, coordinador del Servicio de Oncología del Hospital Virgen Macarena, explicó que los laboratorios de investigación traslacional tienen que estar presentes en todos los hospitales de tercer nivel, “vinculados a oncología médica”.

Buscar, por tanto, nuevas formas de organización que capten “la complejidad, heterogeneidad, resilencia y redundadancia de la célula tumoral y las enfermedades oncológicas en general”.

Está claro que la complejidad de la medicina de precisión impedirá en muchas ocasiones interpretar resultados. Por tanto, sería importante también diseñar como serían los equipos de trabajo en el futuro. “Necesitamos una organización para analizar los datos, y esto conlleva la incorporación de nuevos profesionales en los servicios, como los biólogos o bioinformáticos”, suscribió el vicepresidente de la Fundación ECO, Alfredo Carrato.

Al hilo de este asunto, Paz-Ares, hizo hincapié en que “los recursos humanos en la cartera de servicios de los hospitales no se pueden basar solo en enfermeros y oncólogos”.

Humanización

Esta ecuación va despejando su enigma con la humanización. “Hay que recuperar el enfoque integral del paciente”, apuntó el jefe de Servicio de Oncología Médica del CHUO, Jesús García Mata. Coincidieron que el abordaje de la medicina de precisión se está centrando en el aspecto biológico, “por lo que se pierde el enfoque del paciente”.

Este propósito de humanizar la sanidad, entronca, en cierto modo, con la equidad en el acceso. Antonio Antón, jefe de Oncología del Hospital Miguel Servet, recordó que los oncólogos se están encontrando que el fármaco a utilizar está aprobado “pero no para la alteración para la que se precisa”. Es algo que está también retardando la accesibilidad. A juicio de Jesús García Foncillas, director del departamento de Oncología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, es frecuente chocar con la aprobación fuera de indicación. Cambiar este marco, “es un salto que en este país costará mucho”.

Por otra parte, ofrecer información real y objetiva al paciente con respecto al beneficio del tratamiento es otro reclamo. “Hay que ser realistas e informar del beneficio real”, explicó García Mata. “ Nos enfrentamos diariamente a pacientes para los que no existe diana”. Es a ellos a quienes hay que informar correctamente.

Formación

El último pilar en el que se debe sustentar la medicina de precisión es la formación. La ciencia avanza rápidamente y los oncólogos están incorporando nuevos conocimientos constantemente.

La jefa del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario de Navarra, Ruth Vera, explicó que es necesario incluir la medicina de precisión en los programas de formación MIR. “Hemos pasado de centrarnos en ensayos clínicos con muchos datos y tenemos que pensar en más formación molecular, pero no solo en una alteración para un fármaco, hay que ampliar el abanico”, indicó la experta, al tiempo que recordó que hasta ahora “hemos sido autodidactas”.

Este proceso formativo también pasa por la formación de los equipos ‘Molecular Board’. Es necesario que en estos equipos se consolide la especialización en áreas con profesionales expertos en servicios y con más liderazgo. En la actualidad los servicios se enfrentan a profesionales “con amplio espectro frente a los expertos en el servicio de oncología médica”.

Con todo, estas conclusiones se fusionarán en un mismo documento que la Fundación ECO trasladará a los miembros para seguir avanzando en este camino, que busca precisar aún más, los ejes que marcarán la personalización del tratamiento.


En los últimos 10 años se han grandes dado pasos, pero la complejidad de la medicina de precisión va aumentando



Los oncólogos apuntan a la necesidad de incorporar más estudios académicos de los fármacos diana



Los laboratorios de investigación traslacional deben estar vinculados a oncología médica



La medicina de precisión “debe ser incorporada desde el inicio en los programas de formación MIR”