Esto equivaldría a una reducción del 80 por ciento en la incidencia y del 60 por ciento en la mortalidad.
El servicio de Oncología del Hospital Ramón y Cajal, junto con el Instituto Valenciano de Oncología y el Hospital General de Valencia, cuentan desde el pasado mes de septiembre con la certificación internacional que le acredita como “excelente” en la atención y asistencia a los pacientes con cáncer y mantiene su apuesta por la mejora continua a través de acciones como esta.
Según los datos de esta sociedad científica, de disponer de pruebas diagnósticas en la consulta se podría reducir en alrededor de un 70 por ciento el consumo de estos fármacos.