José A. Rodríguez Barcelona | martes, 11 de abril de 2017 h |

La posibilidad de que las terapias celulares se conviertan en una opción real de tratamiento en el campo de la diabetes ha sido uno de los temas más destacados del XXVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes. En este sentido, como señaló Anna Novials, presidenta del Comité Organizador del congreso, hay varios grupos de investigación que trabajan en la regeneración de células beta pancreáticas. “Hay grupos que han conseguido transformar células de fibroblastos de la piel en células productoras de insulina en modelos de ratón”, señaló Novials. Esta experta destacó que se están identificando los mecanismos por los cuales se pueden diferenciar células más primarias en células más complejas, como es el caso de las células beta productoras de insulina. “En modelos animales de diabetes se han transplantado estas células y parece ser que disminuyen los niveles de glucosa”, añadió Novials.

En el momento actual, y utilizando tejidos o células, lo cierto es que únicamente el trasplante de páncreas (como órgano entero) puede utilizarse en la práctica clínica habitual con garantías y en situaciones muy concretas. “Esto no quiere decir que otras opciones de tratamiento sustitutivo no vayan avanzado a buen paso, pero a día de siguen siendo promesas —aclaró Ignacio Conget, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic de Barcelona—. Las terapias celulares y génicas acabaran estando en el arsenal terapéutico solas o en combinación para los pacientes con diabetes”.

El trasplante de páncreas es una opción terapéutica en enfermos con diabetes tipo 1 sometidos a trasplante simultáneo o previo de riñón, con un índice de éxito (normoglucemia e independencia insulínica) que supera actualmente el 80 por ciento a los 3 años. Sin embargo, no se recomienda este procedimiento en muchos casos, debido a las complicaciones quirúrgicas asociadas y a la necesidad de inmunosupresión intensa.

MicroARN como marcadores

Durante el congreso, Marcelina Párrizas, del Laboratorio de Diabetes y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem), comentó los avances que se están produciendo para dar con biomarcadores válidos en diabetes. En su laboratorio están estudiando la expresión de determinados microARN y su correlación con el estado metabólico de una persona. En concreto, han visto que si se comparan muestras de sangre de pacientes control, prediabéticos y diabéticos, “hay microARN que aumentan —explicó esta experta—. En nuestro laboratorio hemos identificado dos microARN: miR192 y miR193b, que están incrementados en la sangre de los pacientes prediabéticos. Y también hemos visto que si se corregía la prediabetes con ejercicio, estos microARN disminuían. Además, observamos los mismos microARN aumentados en ratones con diabetes”. Los microARN impiden que el ARN dé lugar a proteínas. Así que son represores de la expresión génica.

De este modo se está investigando para comprobar si estos microARN pudieran ser empleados como biomarcadores en diabetes. “Pero quizás sería más útil utilizarlos como marcadores de posibles complicaciones”, señaló Párrizas. Como destacó esta experta, si la diabetes no se controla de forma adecuada, puede causar que se desarrollen complicaciones microvasculares y macrovasculares, como es el caso de la nefropatía diabética o la retinopatía diabética. En este sentido, “se ha visto que miR192 está asociado a la nefropatía diabética o al hígado graso, que es una complicación muy relacionada con la diabetes”, añadió. Disponer de biomarcadores tempranos que permitan detectar a las personas que corren más riesgo de desarollar complicaciones permitiría implementar un tratamiento más agresivo contra la patología.

De todos modos, esta experta puso el énfasis en que es muy complicado que uno de estos candidatos a biomarcador o ambos puedan emplearse por sí solos. “En la actualidad estamos explorando perfiles de microARN en diferentes condiciones. La idea sería lograr un panel de cuatro o cinco microARN que, combinados con otros valores de la bioquímica clásica, como la glucosa o alguna citoquina, nos permita obtener un algoritmo para predecir cuál puede ser la evolución de la persona”.

La hipótesis que manejan los expertos es que es posible que estos microARN “actúen como una especie de nuevas hormonas —señaló Párrizas—. Hay estudios en cáncer que señalan que los microARN favorecen la metástasis, pero en el campo del metabolismo se han hecho muy pocos trabajos”.

Ahora, el grupo de esta experta está realizando un seguimiento a una cohorte de pacientes diabéticos. Extrajeron microARN al principio del seguimiento y, cuando transcurran tres años, el objetivo es ver si los niveles de microARN encontrados se correlacionan con la evolución de los pacientes durante este tiempo.

EL DATO

En un futuro próximo, tal y como vaticinó Nuria Montserrat, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), “la posibilidad de combinar las diferentes disciplinas (células madre pluripotentes, ingeniería genética y la bioingeniería) nos puede ayudar a generar células autólogas (a partir del propio paciente), así como a descubrir nuevas dianas terapéuticas para llevar a cabo una intervención precoz en diabetes”. La confluencia de importantes progresos en el ámbito de la Medicina Regenerativa y de la Bioingeniería puede deparar nuevas esperanzas para las personas con diabetes. “La posibilidad de generar células productoras de insulina a partir de células del propio paciente podría ofrecer una solución atractiva al tratamiento de la enfermedad; al mismo tiempo, los avances en el campo de la bioingeniería han supuesto el desarrollo de nuevas tecnologías para crear sistemas de cultivo que pueden mimetizar las condiciones fisiológicas en las que las células se encuentran en el propio tejido (páncreas). Estos avances no sólo aportan un conocimiento básico de la enfermedad, sino que ofrecen nuevas alternativas para su tratamiento”, auguró Montserrat. Las tecnologías emergentes micro/nanotecnológicas, en concreto, el uso de ciertos materiales 2D (grafeno), supondrán nuevas aportaciones a la investigación en el campo de la diabetes. Respecto al grafeno, se están desarrollando transistores de este material que podrían emplearse “para registrar señales neurales y para biosensores, entre ellos el de pH y glucosa”, señaló Rosa Villa del Grupo de Aplicaciones Biomédicas del Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB-CNM) CSIC y del CIBER-BBN.