Nieves Sebastián Madrid | viernes, 30 de agosto de 2019 h |

El primer ministro británico Boris Johnson parece decidido a cumplir con los plazos marcados para que Reino Unido salga de la Unión Europea, ya sea con acuerdo o, en el peor de los escenarios, sin él. El último movimiento realizado por el premier de suspender el Parlamento británico no ha hecho más que aumentar los temores ante la posibilidad de que la salida, fechada para el próximo 31 de octubre, se haga sin acuerdo.

El aparato legislativo será suspendido en sus funciones entre el 9 de septiembre y el 12 de septiembre hasta el 14 de octubre. Un movimiento que permite al primer ministro británico y su equipo anular prácticamente cualquier intento por parte de la oposición de detener un Brexit sin acuerdo con la Unión Europea, ya que no habría casi tiempo para aprobar ninguna enmienda.

Son muchas las voces que se muestran en contra de esta opción, empezando por la UE, donde han mostrado su temor por las dudas que genera la salida abrupta, y el impacto negativo que puede tener sobre diferentes sectores. Uno de estos es el de la industria farmacéutica, desde donde han mostrado su preocupación en diversas ocasiones.

Tras conocer el nombramiento de Johnson como primer ministro de Reino Unido, la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica (ABPI, por sus siglas en inglés) se comprometió a trabajar de la mano con el Ejecutivo para que la ruptura se ejecute de la mejor manera posible para todos los agentes.

Pero, recientemente, desde la patronal británica han expresado la incertidumbre que sienten ante las consecuencias que se pudieran derivar de un Brexit duro. Aseguran que las compañías han hecho todo lo que han podido para prepararse para el momento de la ruptura, prestando especial atención a que no se generen problemas de acceso a medicamentos, para lo que trabajan en aspectos como aumentar las existencias o la planificación de rutas de suministro alternativas.

Desde la ABPI se muestran agradecidos por las partidas económicas del Gobierno al sector para planificar esta salida sin acuerdo, pero insisten en una salida con acuerdo como la mejor solución para todos los agentes.

Crisis económica

Tal y como se auguraba desde varios sectores industriales, ya se empiezan a ver algunos de los efectos del anuncio de Brexit duro en la economía. Diversos expertos señalan que el país se encuentra prácticamente “al borde de la recesión”, lo que es especialmente preocupante teniendo en cuenta que el divorcio todavía no se ha consumado; uno de los hechos que certifica esta hipótesis es la caída que ha experimentado la libra hasta los 1,09 euros.

También es preocupante que la actividad económica del país se ha detenido hasta tal punto que, desde el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social —una de las instituciones más prestigiosas en Reino Unido en cuanto a predicciones económicas— ya denominan la situación como de ‘contracción técnica’. Por otra parte, las cifras del PIB tampoco atraviesan su mejor momento y Goldman Sachs señala que el Brexit ya ha costado al país un 2,5 por ciento del mismo.

A esto se suma que ya son 325 las empresas afincadas en Reino Unido que se encuentran en negociaciones con el Gobierno de Holanda para trasladar su sede a este país.

suministros

Uno de los aspectos que más preocupa, tanto al Gobierno como a las compañías es asegurar el suministro de medicamentos. En este sentido, desde el Departamento de Salud y Asistencia Social del Ejecutivo británico han comunicado a las compañías que se está trabajando en un programa de adquisición urgente para apoyar la continuidad del suministro cuando Reino Unido abandone la UE.

El anuncio prevé una partida de 25 millones de libras para establecer un servicio de carga urgente para entregar medicamentos en el país y está destinado a realizar entregas de medicamentos o productos médicos las 24 horas del día. El contrato tendrá una duración de 12 meses, con una posible extensión adicional de otros 12.