GM Madrid | jueves, 25 de julio de 2019 h |

Un equipo científico de la Universidad de Oviedo ha demostrado que las alteraciones de la microbiota intestinal contribuyen al envejecimiento acelerado. El trabajo ha estudiado el microbioma de ratones y pacientes con envejecimiento acelerado o progeria. El síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad rara que afecta a una persona de cada cuatro millones, provoca un envejecimiento acelerado durante la infancia que conduce finalmente a una muerte prematura de las y los pacientes. El personal investigador ha demostrado que los ratones y pacientes con progeria presentan disbiosis intestinal.

Este estudio ha estado liderado por Carlos López-Otín y Pedro Moral Quirós y ha contado además con la colaboración del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) de París, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (Ipla-Csic), la Universidad de Zaragoza y la Universidad Europea de Madrid

“Uno de los objetivos era identificar qué alteraciones estaban presentes en la microbiota intestinal de los ratones y pacientes con progeria y analizar si las bacterias cuyos niveles estaban alterados ejercían un papel perjudicial o beneficioso”, señala López-Otín. “Analizamos también la microbiota de centenarios españoles, identificando un aumento de bacterias beneficiosas como Akkermansia muciniphila, la cual se encontraba además disminuida en los ratones con progeria”, añade.

Por su parte, M. Quirós explica que “la regulación de la microbiota intestinal por medio de trasplantes o probióticos es una de las líneas de investigación más prometedoras para el tratamiento de ciertas enfermedades humanas, especialmente aquellas relacionadas con trastornos metabólicos”. “Sin embargo, su posible aplicación en enfermedades relacionadas con el envejecimiento aún no se había explorado”.

En este sentido, el equipo ha demostrado que el trasplante de microbiota fecal de ratones sanos o el tratamiento con la bacteria probiótica Akkermansia muciniphila extiende la vida de ratones con envejecimiento acelerado. Como explica Clea Bárcena, primera firmante del trabajo, “el reemplazo de la microbiota endógena de los ratones con progeria por microbiota proveniente de ratones sanos mejoró diversos parámetros metabólicos además de alargar la esperanza de vida; en cambio, los ratones sanos que recibieron un trasplante con microbiota proveniente de ratones con progeria mostraron alteraciones metabólicas como aumento de peso y de los niveles de glucosa en sangre”. Este trabajo demuestra que “la corrección de la disbiosis intestinal mediante el trasplante de microbiota podría utilizarse como futura terapia en enfermedades relacionadas con el envejecimiento”.

Un equipo científico de la Universidad de Oviedo ha demostrado que las alteraciones de la microbiota intestinal contribuyen al envejecimiento acelerado. El trabajo ha estudiado el microbioma de ratones y pacientes con envejecimiento acelerado o progeria. El síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad rara que afecta a una persona de cada cuatro millones, provoca un envejecimiento acelerado durante la infancia que conduce finalmente a una muerte prematura de las y los pacientes. El personal investigador ha demostrado que los ratones y pacientes con progeria presentan disbiosis intestinal.

Este estudio ha estado liderado por Carlos López-Otín y Pedro Moral Quirós y ha contado además con la colaboración del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) de París, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (Ipla-Csic), la Universidad de Zaragoza y la Universidad Europea de Madrid

“Uno de los objetivos era identificar qué alteraciones estaban presentes en la microbiota intestinal de los ratones y pacientes con progeria y analizar si las bacterias cuyos niveles estaban alterados ejercían un papel perjudicial o beneficioso”, señala López-Otín. “Analizamos también la microbiota de centenarios españoles, identificando un aumento de bacterias beneficiosas como Akkermansia muciniphila, la cual se encontraba además disminuida en los ratones con progeria”, añade.

Por su parte, M. Quirós explica que “la regulación de la microbiota intestinal por medio de trasplantes o probióticos es una de las líneas de investigación más prometedoras para el tratamiento de ciertas enfermedades humanas, especialmente aquellas relacionadas con trastornos metabólicos”. “Sin embargo, su posible aplicación en enfermedades relacionadas con el envejecimiento aún no se había explorado”.

En este sentido, el equipo ha demostrado que el trasplante de microbiota fecal de ratones sanos o el tratamiento con la bacteria probiótica Akkermansia muciniphila extiende la vida de ratones con envejecimiento acelerado. Como explica Clea Bárcena, primera firmante del trabajo, “el reemplazo de la microbiota endógena de los ratones con progeria por microbiota proveniente de ratones sanos mejoró diversos parámetros metabólicos además de alargar la esperanza de vida; en cambio, los ratones sanos que recibieron un trasplante con microbiota proveniente de ratones con progeria mostraron alteraciones metabólicas como aumento de peso y de los niveles de glucosa en sangre”. Este trabajo demuestra que “la corrección de la disbiosis intestinal mediante el trasplante de microbiota podría utilizarse como futura terapia en enfermedades relacionadas con el envejecimiento”.


Progeria
Afecta a una persona de cada cuatro millones y provoca un envejecimiento acelerado durante la infancia



Trasplante microbiota
El trasplante de microbiota fecal de ratones sanos extiende la vida de ratones con envejecimiento