EP Bruselas | miércoles, 21 de junio de 2017 h |

El procedimiento para elegir la futura sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), a la que aspira Barcelona, sigue abierto por la falta de acuerdo entre los Estados miembros, lo que deja la decisión en manos de los líderes europeos en su próxima reunión a finales de semana en Bruselas. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, presentaron una propuesta de criterios objetivos para el proceso de selección, con el objetivo de aprobarlo este mes de junio y dar tiempo para que se presenten las candidaturas oficiales y se elija a las ganadoras antes de octubre.

Se trata de un paquete de seis requisitos “objetivos” para asegurar que la nueva sede estará en condiciones de “funcionar” en el momento en que Reino Unido abandone la Unión Europea, que se garantice la fácil “accesibilidad” desde el resto de Europa y que haya una oferta suficiente de escuelas para los hijos del personal de la EMA. La ciudad que acoja la agencia deberá también contar con un mercado laboral y prestaciones de seguridad social para los familiares, garantizar la “continuidad del negocio” (en el sentido de mantener y atraer el talento a la agencia) y “respetar el equilibrio geográfico”. Sin embargo, la reunión preparatoria en la que los ministros debían cerrar a 27 los detalles del procedimiento ha concluido en Luxemburgo sin acuerdo, y con divisiones entre los países que como Alemania, Francia o Bélgica ven con buenos ojos la propuesta actual y los llamados ‘nuevos’ Estados miembros que no están satisfechos con un diseño que creen les perjudica.

Los países del Este junto a Bulgaria y Rumanía “no están contentos” porque creen que no se respeta el compromiso de las Ampliaciones de favorecerles en las nuevas sedes, pero “entienden” que en este caso se trata de un traslado y no de nueva creación por lo que su malestar no se traduciría en bloqueo. Así, el principal escollo es el que plantean Italia y Países Bajos que han expuesto sus reservas al documento, al entender que el modo de selección propuesto pone en riesgo que el funcionamiento de las agencias si se trasladan a ciudades no preparadas por criterios “políticos”.

Los dos países, además, abogan porque el proceso de selección permita una primera ronda de corte para que a la selección final llegue solo una lista de finalistas. Aunque Bruselas tendrá que presentar una evaluación de las candidatas, serán los Estados miembros quienes decidan por unanimidad a las ganadoras.

“Tenemos reservas compartidas con varios Estados miembro”, ha declarado el secretario de Estado para Asuntos Europeos italiano, Sandro Gozi, en declaraciones a la prensa en Luxemburgo, tras una reunión de ministros a 27 para avanzar en esta cuestión. Gozi ha asegurado estar “muy preocupado” por que la EMA pueda seguir funcionando “sin interferencias”, si su traslado se decide en base al proceso tal y como está ahora sobre la mesa. Italia reclama, “sin dramatizar”, que se revise la propuesta para dotarla de mayor “coherencia”, ha remachado. España, que reclama la sede de la EMA para Barcelona y sostiene que es la candidata mejor preparada en infraestructura y conocimiento, también se sitúa entre los países con dudas, aunque con menor firmeza que los italianos y holandeses, precisan las fuentes. Barcelona cuente ya con un edificio preparado y de la infraestructura necesaria para asegurar una mudanza “suave”, según defiende el Gobierno, que también ha puesto en valor durante las discusiones que la Ciudad Condal es la preferida de la mayoría del personal instalado en Londres, lo que es una garantía para evitar la fuga de talento.