Carmen M. López | miércoles, 04 de diciembre de 2019 h |

La biología molecular de los tumores está siendo clave en la oncología actual. Avanzar en los nuevos descubrimientos es uno de los objetivos del encuentro Desafío Oncológico, jornada organizada por Vicente Guillem y Carlos Camps. El estado actual de los biomarcadores y las nuevas herramientas que existen para avanzar en la Medicina de Precisión es, a día de hoy, trascendental.

Como explica el presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón, Mariano Provencio, la relación actual de los biomarcadores con la inmunoterapia y el cómo hacer la selección efectiva de los pacientes que se puedan beneficiar de estos tratamientos es hacia donde se están centrando los esfuerzos. “Solo tenemos dos biomarcadores aprobados por FDA: la expresión de PDL1 por inmunohistoquímica, y la inestabilidad de microsatélites”, recuerda el oncólogo.

A estos, hay que añadir el TMB y cómo reaccionan los tumores. Sin embargo, el desafío se está centrando ahora en la búsqueda de nuevas determinaciones de precisión de respuesta, ya que “los biomarcadores actuales no son lo suficientemente buenos: dejan a mucha población de pacientes que tienen un marcador alto y por tanto, no responden”, aclara. La buena noticia es que hay más dianas emergentes. Provencio pone el ejemplo del receptor de linfocitos T o TCR y la reacción de la inmunidad frente al tumor de forma global. “Que podamos secuenciar estos biomarcadores es algo prometedor”, asegura Provencio. Aunque, hay que tener en cuenta que depende del tipo de tratamiento: ya sea inmunoterapia o las distintas combinaciones. “Cada segmento de tratamiento habrá que enfocarlo con un marcador distinto”, acota el oncólogo.

Avances en la biología molecular

Jordi Remón, responsable de la Unidad de Tumores Torácicos de HM CIOCC Barcelona, centró su ponencia en la importancia de contar con un Molecular Tumor Board a día de hoy.

A su juicio, la incorporación de las técnicas de secuenciación masiva ha hecho que tengamos un mayor conocimiento de alteraciones. “Estas son complejas y por tanto es importante el papel del TMB para descubrir qué alteraciones son tratables”.

Los avances en el tratamiento en pacientes con mutación EGFR centró la ponencia de la oncóloga del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, Rosario García Campelo. Como recordó la experta, la mutación EGFR es el gran clásico de la medicina de precisión en cáncer de pulmón. “Han pasado más de 15 años desde el descubrimiento de estas alteraciones, y hoy tenemos distintos inhibidores que han demostrado eficacia y se han posicionado como estándar de tratamiento”. Sin duda, en su opinión, las nuevas estrategias con combinaciones se posicionan como alternativa de futuro. “El reto pasa por fijar mejor a los pacientes que tratamos y personalizar así el tratamiento”. Además de ver las mutaciones coexistentes y mejorar los resultados. “El siguiente reto de futuro es esa monitorización dinámica de la enfermedad que tratamos”, explica. Es decir, cómo cambia esa célula tumoral y sus mecanismos de resistencia. “EGFR es el primero y ha sido la primera diana en cáncer de pulmón y ha abierto la puerta a todo el conocimiento”.

Por su parte, el jefe de la Unidad de Oncología Torácica del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC, Javier de Castro, abordó la cuestión de los pacientes con un tumor con una fusión del gen NTRK. ¿Estamos preparados para tratar a estos pacientes? Las fusiones de NTRK constituyen uno de los principales objetivos sobre los que trabajar en la terapia personalizada contra el cáncer, pues su inhibición está generando respuestas positivas en las personas que padecen un cáncer portador de estas alteraciones. Para De Castro, probablemente los oncólogos necesitan tiempo. Los retos, parecen claros: nuevas técnicas de secuenciación masivo, más ensayos en fases precoces y tratamientos más eficaces.

Con esta nueva realidad en el campo de la oncología, como explica Ana Lluch, jefa del departamento de Hematología y del Servicio Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia, “tenemos todos los medios para avanzar en la curación”.

Los tres pilares son: asistencia, formación e investigación. Este último, dice, como pilar fundamental para avanzar, “y para poder decir que en un futuro podremos curar muchos más cánceres de lo que actualmente hacemos”. Del mismo modo, Lluch apuesta por mejorar la calidad de vida de aquellos otros pacientes que no se podrán curar.