Carmen M. López Madrid | viernes, 13 de diciembre de 2019 h |

La reunión anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés) ha tenido a las terapias celulares de nueva generación como protagonistas. Durante la última edición de este congreso, que se ha celebrado en Orlando, se han presentado cuatro estudios en fase temprana que certifican el rápido avance en este campo. Una de las novedades a destacar es la llegada de la inmunoterapia de segunda generación, de la que se espera que mejore las limitaciones de terapias anteriores.

En el caso de las CAR-T, los esfuerzos se concentran en que su efectividad se expanda hacia un número más amplio de pacientes. Para ello, se está tratando de que los fármacos de la nueva generación de CAR-T ataquen a múltiples objetivos, en ampliar la disponibilidad de estos tratamientos a más tumores hematológicos o reemplazar el proceso de fabricación de CAR-T por uno estandarizado.

Las Natural Killer también se posicionan como una novedosa opción de tratamiento en esta especialidad. Estas células forman parte del propio organismo, pero tienen más fuerza que las células tumorales; por ello, el objetivo es potenciar su función para que consigan eliminar las células cancerígenas. Según se expuso en ASH, ya se han presentado resultados de los primeros estudios preclínicos en los que se aplica el concepto de desarrollo de fármacos tradicionales a este tipo de terapia celular para fabricar estos fármacos a gran escala y que esta inmunoterapia sea accesible para más pacientes.

Dentro de los ensayos presentados destaca la efectividad de la molécula FT596 para destruir los glóbulos blancos cancerosos, incluso los que no habían respondido a terapias anteriores. La compañía Fate Therapeutics, encargada de la I+D en este campo, prevé comenzar un ensayo en Fase I en el primer trimestre de 2020, con pacientes con linfoma de células B o leucemia linfocítica crónica.

Secuenciación genómica

Mientras que en tumores sólidos ya se ha empezado a aplicar la oncología de precisión, la hematología era una asignatura pendiente dentro de esta técnica. Ahora, surgen los primeros indicios que apuntan a la utilidad de la secuenciación genómica para aplicarla en hematología.

Por primera vez se ha conocido el genoma completo de patologías como la leucemia mieloide aguda (LMA) o el síndrome mielodisplásico, patologías que frenan la capacidad del individuo de producir células sanguíneas sanas.

Al conocerse el genoma, se puede conocer el rol de varios genes en estas enfermedades y sus subtipos. Contar con esta información es de gran ayuda para los especialistas puesto que les ayuda a tener una perspectiva más completa del paciente. En el estudio presentado en el ASH sobre esta materia se señaló que también se ha realizado una secuenciación del ARN de los pacientes, ya que en estas enfermedades es común que existan alteraciones por reordenamientos cromosómicos. Al recogerse todos estos datos, sería más fácil tratar estas patologías con medicina de precisión.

El futuro en leucemia

Una de las enfermedades que ha aglutinado más estudios este congreso es la leucemia. Una de las líneas de trabajo busca un tratamiento con límite temporal. Actualmente, AbbVie ha presentado una combinación de Venclyxto y rituximab para leucemia linfocítica crónica, con un tratamiento limitado a dos años. El reto es que esté disponible para los pacientes cuanto antes.

También Janssen ha presentado avances sobre LLC en este congreso… Avances que además se aplican a linfoma linfocítico pequeño. Estos vienen de la mano de Imbruvica (ibrutinib) en primera línea; los datos de dos estudios señalan que, en combinación con rituximab, tras un seguimiento de 48 meses aumenta la supervivencia libre de progresión (SLP) y la supervivencia global (SG) respecto a un tratamiento de quimioterapia clásico. Imbruvica también ha demostrado un aumento en SLP y SG en monoterapia en un seguimiento a seis años.