GM Madrid | martes, 02 de julio de 2019 h |

La mitad de los pacientes mayores de 65 años con insuficiencia cardiaca presentan diabetes

La insuficiencia cardiaca y la diabetes son dos de las enfermedades más prevalentes hoy en día. La confluencia de ambas en un mismo paciente es cada vez más frecuente, debido a cuestiones fisiopatológicas y al aumento de la edad de los pacientes que las padecen. De hecho, la diabetes favorece el desarrollo de la insuficiencia cardiaca y empeora su pronóstico, mientras que la insuficiencia cardiaca condiciona el tratamiento de la diabetes.

Se estima que la prevalencia general de la diabetes en los pacientes con insuficiencia cardiaca está entre el 35-45% (en torno al 35% en pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida y cerca del 45% en los casos de insuficiencia cardiaca preservada).

Además, los pacientes mayores de 75 años tienen el doble de riesgo de desarrollar insuficiencica cardiaca si son diabéticos. En el caso de España, donde la insuficiencia cardiaca es la principal causa de hospitalización en mayores de 65 años, casi la mitad de ellos padecen también diabetes mellitus; y los pacientes con diabetes tienen cinco veces más riesgo de ser hospitalizados por insuficiencia cardiaca.

Conscientes de la importancia de la interrelación de estas dos enfermedades en muchos pacientes, la Sociedad Española de Medicina Interna ha celebrado en Madrid su I Reunión Conjunta de Insuficiencia Cardiaca y Diabetes, a la que han asistido más de un centenar de profesionales de las dos áreas médicas, con el objetivo de fomentar el intercambio de información científica y debatir sobre aspectos novedosos entre expertos de estas dos patologías.

Tal y como ha afirmado el coordinador del Grupo de Trabajo de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular de la SEMI, Álvaro González, con esta reunión “queremos actualizar el conocimiento del manejo de ambas enfermedades, compartiendo las últimas evidencias presentadas recientemente en el Congreso Americano de la ADA y remarcar las íntimas relaciones existentes entre ambas enfermedades, con hallazgos recientes de nuevos aspectos etiopatogénicos y farmacológicos que conectan a ambas”.

Ambas patologías son especialmente frecuentes en los pacientes ancianos de más de 75 años, que suelen presentar sobrepeso y múltiples patologías como hipertensión arterial, enfermedad renal crónica, anemia y fibrilación auricular. Es frecuente que este perfil de pacientes presente “una alta tendencia a sufrir descompensaciones que impliquen su hospitalización y que las enfermedades supongan un impacto importante en calidad de vida y en la reducción de su capacidad funcional”, ha explicado Álvaro González.

Abordaje conjunto de ambas enfermedades

Para el manejo conjunto de la insuficiencia cardiaca y la diabetes, el reto actual es lograr un abordaje integral de los pacientes, teniendo en cuenta los matices que la diabetes genera en la insuficiencia cardiaca, como un peor pronóstico y un empeoramiento de la función renal.

Además, según ha asegurado Francisco Javier Carrasco, coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la SEMI, “el tratamiento hipoglucemiante debe ser minuciosamente revisado en estos casos, ya que hay fármacos contraindicados en insuficiencia cardiaca, fármacos con seguridad no aclarada, fármacos neutros y fármacos beneficiosos”.

Por su parte, Álvaro González ha añadido que “los avances en el conocimiento de los procesos fisiopatológicos implicados en ambas enfermedades está permitiendo descubrir nuevas dianas terapéuticas y nuevos fármacos que están suponiendo una revolución en el manejo de este perfil de pacientes, logrando una reducción de la mortalidad cardiovascular y beneficios netos no logrados hasta ahora con los fármacos disponibles”.

En este sentido, los médicos internistas son los profesionales sanitarios que tratan frecuentemente a los pacientes que presentan ambas enfermedades. Ello se debe a que la insuficiencia cardiaca es la principal causa de ingreso hospitalario en los Servicios de Medicina Interna y la mitad de estos pacientes presentan diabetes. Así, según ha comentado Francisco Javier Carrasco, “la visión integral y global que caracteriza a la Medicina Interna capacita al médico internista para el abordaje de estos pacientes”.

Miocardiopatía diabética y otras comorbilidades

La relación entre ambas enfermedades se acompaña, en ocasiones, de otras comorbilidades como hipertensión arterial, hipercolesterolemia, fibrilación auricular, enfermedad renal crónica, EPOC, anemia e hipertensión pulmonar.

Una de estas patologías en las que ambas enfermedades confluyen es la miocardiopatía diabética, una afectación cardiaca que se relaciona directamente con la diabetes, en concreto, es el daño que hace la hiperglucemia a lo largo de los años en el corazón. A ello se añade el hecho de que “los pacientes diabéticos tienen mayor probabilidad de desarrollar cardiopatía isquémica y otras enfermedades cardiovasculares”, según ha indicado Francisco Javier Carrasco.