GM Madrid | miércoles, 17 de octubre de 2018 h |

La microbiota intestinal en niños con diabetes tipo 1 es diferente a la de niños sanos. Esto “abre la puerta al desarrollo de nuevas terapias para controlar el avance de la enfermedad mediante la modificación de la flora intestinal”, según han revelado científicos del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN).

La metodología del estudio se basó en el análisis del perfil de microbiota intestinal, su capacidad funcional, la inflamación y la permeabilidad intestinal en 15 niños con diabetes tipo 1, otros 15 niños con MODY2 (un tipo de diabetes monogénica de causa no autoinmune) y 13 en niños sanos.

“Aunque estudios anteriores ya habían relacionado la microbiota con la génesis de algunas enfermedades autoinmunes, y también con el control glucémico, en esta ocasión los niños con diabetes 1 presentaron un perfil de microbiota intestinal con una menor diversidad y con una mayor proporción de bacterias proinflamatorias” ha puntualizado María Isabel Queipo Ortuño.

“Además, se asoció con una alteración de la integridad de la barrera intestinal y con un aumento de la inflamación de bajo grado y de la respuesta autoinmune comparados con los niños con MODY y con niños sanos”, concluye la doctora, quien, junto con a José Carlos Fernández García ha liderado el estudio desde el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y el Servicio de Endocrinología del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga.

El poder de la microbiota intestinal

La microbiota intestinal constituye un complejo ecosistema de organismos que desempeña una importante rol en la salud del ser humano, así mismo, tiene una función digestiva ya que contribuye a la síntesis de micronutrientes, a la absorción de electrolitos y minerales y a la digestión y absorción de determinadas sustancias indigeribles. Además, la microbiota también contribuye a la destrucción de toxinas y carcinógenos, evita la colonización por bacterias patógenas, contribuye al desarrollo del sistema inmune y modula el estado inflamatorio.

Sin una microbiota equilibrada, por tanto, se altera todo el metabolismo, elevando el riesgo de sufrir enfermedades, debilitando el cuerpo y haciendo que las recuperaciones sean más largas. “En los últimos años hemos podido comprobar que la flora intestinal influye en la aparición de enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, patologías inflamatorias y cardiovasculares y hasta en el riesgo de cáncer”, apunta la especialista del CIBEROBN.