XXI Simposio de Revisiones en Cáncer

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C.M. López Madrid | viernes, 08 de febrero de 2019 h |

El cáncer de pulmón se ha convertido en los últimos meses en un referente para otros tipos de tumores por los avances que llegan en este campo. En concreto, el cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) en pacientes con mutaciones es el que, en ocasiones, se lleva todo el protagonismo, pero como explicó Carlos Camps, director de proyectos científicos de la Fundación ECO, el CPNM sin mutaciones driver es de gran importancia clínica.

El presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón, Mariano Provencio, recordó como este tumor ha estado durante muchos años “en un desierto”, hasta la llegada de la inmunoterapia, como uno de sus ejes fundamentales. Provencio analizó el panorama actual, así como los esquemas de tratamiento en primera línea: monoterapia frente a la combinación.

Lo cierto es que en los últimos años hemos ido conociendo resultados de investigaciones centradas en la combinación de quimioterapia (QT) e inmunoterapia, combinaciones entre inmunoterapias o directamente la monoterapia. En este sentido, ¿qué esquema es el adecuado? A juicio de Provencio, los ensayos están consolidando la inmunoterapia como parte esencial de la primera línea de tratamiento. Sin embargo, es necesario incidir en la búsqueda de nuevos biomarcadores.

Del mismo modo, Antonio Calles, oncólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, centró su presentación en el beneficio clínico de las nuevas opciones que están llegando en este terreno, y su traslación en las guías de práctica clínica NCCN, ESMO y SEOM. Guías que por cierto arrancaron el año con una actualización en este tipo de tumor.

Para avanzar en este terreno, primero habría que analizar el mapa terapéutico.

Los avances se dividen en dos tipos. Por un lado, en escamoso, la opción es inmunoterapia en segunda línea con nivolumab, pembrolizumab y atezolizumab. Por otro lado, en tumores no escamosos, las opciones son más amplias: terapias dirigidas —EGFR, ALK, ROS1, BRAF—, quimioterapia —pemetrexed, mantenimiento—, los fármacos antiangiogénicos —bevacizumab, nintedanib— o la inmunoterapia.

A la espera de nuevos datos

De momento, la realidad es que “los resultados de las investigaciones han situado a la inmunoterapia como el estándar de tratamiento en primera línea de CPNM avanzado/metastásico”, recuerda Calles. Si bien, hay que esperar a nuevos resultados de investigaciones —como por ejemplo sobre cuándo asociar anti-CTLA4—.

La recomendación para este experto con la quimioterapia es que se asocie en pacientes con PD-L1 desconocido o mayor al 50 por ciento, o pacientes con biología agresiva. En cuanto al intercambio de la QT, Calles adelantó que aún faltan datos para conocer si es oportuno hacerlo.

Con todo, el oncólogo incide en la necesidad de familiarizarse con los eventos adversos relacionados con el sistema inmunitario (irAE), que consta en las guías de práctica clínica. Gracias a esto, se conseguirá una “mejoría en los parámetros de calidad de vida, en el control sintomático y funcional y un retraso en el tiempo del deterioro clínico del paciente”.