Esther Martín del Campo Madrid | viernes, 15 de septiembre de 2017 h |

“Resultados sin precedentes que abren las puertas a replantear el tratamiento en cáncer renal avanzado en primera línea”. Así valora Ignacio Duran, del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, los resultados de uno de los estudios en cáncer genitourinario con mayor alcance de los presentados, en sesión presidencial, en ESMO 2017, el CheckMake 214.

Este ensayo, explica, ha testado la eficacia de la combinación de dos inmunoterápicos, nivolumab e ipilimumab, en pacientes con cáncer renal avanzado que no han sido previamente tratados, considerados de pronóstico intermedio o pobre, frente a uno de los tratamientos estándar, sunitinib.

“Los resultados son muy destacados. Por primera vez con un tratamiento en cáncer renal se ha podido demostrar claramente un beneficio en términos de supervivencia”, subraya. Según estos datos, indica, el empleo de esta combinación de inmunoterápicos induce una reducción en el riesgo de muerte que ronda el 37 por ciento. “Son capaces de inducir una respuesta, de disminuir el tamaño del tumor, hasta en un 42 por ciento de los pacientes, y además son capaces de estabilizar la enfermedad, deteniendo su crecimiento, hasta en un 31 por ciento adicional”, puntualiza.

De este modo, alrededor del 70 por ciento de los pacientes tratados se beneficiarían de esta combinación, bien porque el cáncer se reduce o porque deja de crecer. Durán confía en que en los próximos meses las entidades regulatorias aprueben esta combinación, de manera que pueda irse incorporando los tratamientos de elección en primera línea.

Dos alternativas en próstata

En el área de cáncer genitourinario, se han presentado resultados en cáncer de próstata y vejiga. En cáncer de próstata avanzado hormonosensible, indica Durán, varios estudios confirman de nuevo que el mejor manejo de la enfermedad pasa por combinar la hormonoterapia bien con un tratamiento de quimioterapia, como docetaxel, o bien con un tratamiento hormonal de última generación, como acetato de abiraterona.

Se sabe que ambas estrategias son eficaces, remarca el experto, y se trataba de probar si alguna prevalece por encima de la otra. La conclusión es que ambas son igualmente válidas, asegura el especialista..

Por otra parte, Durán remarca que habrá que esperar a nuevos datos en cáncer de vejiga avanzado. El estudio RANGE, en pacientes con cáncer de vejiga avanzado que han progresado a tratamiento con quimioterapia (cisplatino), comparó uno de los estándares, docetaxel, con la combinación de este medicamento y un antioangiogénico, ramucirumab. Aunque la combinación mejora la supervivencia libre de progresión, indica, el beneficio es corto, no supera los dos meses a cambio de una serie de toxicidades. Durán concluye que es preciso esperar datos más maduros para analizar su impacto real.

Fases precoces

El especialista en cáncer genitourinario también llama la atención sobre algunos trabajos presentados aún en fases muy precoces, que testan la capacidad para combinar fármacos y valorar su toxicidad. En este ámbito, destaca dos estudios presentados en forma de comunicación oral, que analizan la viabilidad de incorporar inmunoterápicos y antiangiogénicos. El primero de ellos combina el antioangiogénico lenvatinib con un inmunoterápico, pembrolizumab en pacientes con carcinoma de células renales. Aunque se trata de un estudio en fase 1b/2, admite que “los resultados son francamente impresionantes, con tasas de actividad muy elevadas”.

Otra de las comunicaciones destacadas, sobre un estudio en fase 1, presentó datos interesantes sobre la combinación de otro antioangiogénico, cabozantinib, con inmunoterápicos como nivolumab e ipilimumab, con actividad destacable en distintos tumores genitourinarios y un perfil de seguridad tolerable.