CARMEN M. LÓPEZ

Madrid

| viernes, 11 de enero de 2019 h |

¿Por qué a pesar de los beneficios es tan difícil aumentar las coberturas de vacunación? Una pregunta que sobrevuela la práctica clínica de todo el mundo desde hace tiempo. Ahora, un grupo de investigadores americanos le han dado respuesta a esta cuestión.

Un nuevo estudio del ‘Dartmouth College’, en Hanover, Nuevo Hampshire, Estados Unidos, muestra que los problemas que se han dado en el pasado con las vacunas pueden causar un fenómeno conocido como histéresis. Se crea una historia negativa que endurece la opinión pública contra la vacunación. Se trata de la misma fuerza que influye en la economía y la física complica los esfuerzos para prevenir enfermedades.

En este sentido, este hallazgo explica por qué es tan difícil aumentar la aceptación, incluso cuando la evidencia indica que las vacunas son seguras y beneficiosas. No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos. Actualmente, las enfermedades infantiles como el sarampión, las paperas y la tos ferina han regresado a las regiones de Europa y América del Norte como resultado de una cobertura de vacunación insuficiente.

Está claro que la vacunación masiva es uno de los medios más coste-eficientes para la prevención y el control de las enfermedades infecciosas. A pesar de esta evidencia sigue siendo un gran desafío lograr una cobertura de vacunación para que la inmunidad global esté en vigor.

En este sentido, los investigadores explican que el efecto de la histéresis hace que la cobertura de vacunación sea sensible a los cambios en los factores que impulsan las decisiones de vacunación: como el coste y la eficacia, y también dificulta la recuperación de la aceptación de la vacuna.

Feng Fu, profesor de matemáticas en el Dartmouth College y uno de los autores del estudio, explica que “dados todos los beneficios de la vacunación, ha sido difícil entender por qué las tasas de vacunación pueden permanecer obstinadamente bajas”. A su juicio, la historia importa, y “ahora sabemos que la histéresis es parte de la respuesta”. Una vez que las personas cuestionan la seguridad o la efectividad de una vacuna, “puede ser muy difícil lograr que se muevan más allá de esas asociaciones negativas. La histéresis es una fuerza poderosa que es difícil de romper a nivel social “, añade Fu.

¿Puede detenerse este fenómeno?

El autor principal de este trabajo, Xingru Chen, explica que “la mera fuerza de los argumentos fácticos y lógicos sobre temas de salud pública no es suficiente para superar la histéresis y el comportamiento humano”.

Según la investigación, el bucle de histéresis puede ser causado por preguntas relacionadas con el riesgo y la eficacia de las vacunas. Las experiencias o percepciones negativas relacionadas con la vacunación impactan a lo largo del tiempo. “Los niveles de vacunación en una población pueden disminuir rápidamente, pero, debido a la histéresis, la recuperación en esa misma población puede llevar muchos años”, indica Chen.

Al identificar el efecto de la histéresis en la vacunación, el equipo de investigación espera que los profesionales de salud pública puedan diseñar campañas que aumenten las tasas de vacunación voluntaria, en particular”, promoviendo la vacunación como un comportamiento altruista deseado por las normas morales y sociales”.