GM Madrid | miércoles, 29 de agosto de 2018 h |

Un trabajo liderado por Josep Villanueva, investigador principal del Grupo de Biomarcadores Tumorales del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), ha descubierto una función alternativa extracelular de la proteína HMGA1 relacionada con la invasión tumoral. Este hallazgo abre la puerta a fármacos específicos para el cáncer de mama triple negativo.

El trabajo ha sido publicado en la revista ‘Clinical Cancer Research’ y es fruto de la colaboración entre investigadores del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus, donde además de investigadores del propio VHIO, también han participado investigadores del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y del departamento de oncología y de patología del Hospital Universitario Vall d’Hebron.

En la búsqueda de nuevas dianas terapéuticas

El descubrimiento llegó al analizar el secretoma de las células cancerígenas, y así vieron que HMGA1 se encontraba en un lugar diferente al que hasta entonces se conocía. El secretoma está compuesto por el conjunto de proteínas secretadas por las células. Estas proteínas se utilizan para mandar mensajes entre células, y realizan multitud de funciones.

Sin embargo, los investigadores han descubierto que hay un grupo de proteínas teóricamente intracelulares que también se secretan en células tumorales. Los estudios sugieren que una fracción del proteoma intracelular podría desempeñar papeles imprevistos en el espacio extracelular durante la tumorogénesis.

“Uno de los objetivos de nuestro trabajo era buscar nuevas dianas terapéuticas para el cáncer de mama triple negativo que estuvieran relacionadas con la invasión tumoral. Para hacerlo, comparamos el secretoma de líneas invasivas y no invasivas y vimos que había un grupo de proteínas que no deberían estar ahí, ya que no estaban consideradas como una secreción clásica”, apunta Josep Villanueva.

Entre estas proteínas se encontraba HMGA1. “Desde hace años” se sabía que estaba relacionada con los procesos de metástasis e invasión del cáncer, pero que al encontrarse en el núcleo celular “no era viable como objetivo para el desarrollo de fármacos específicos dirigidos contra ella”.

“Esta proteína tiene una hermana, que es HMGB1, y es un marcador de necrosis que se encuentra en la sangre. Es posible que toda la familia HMG tenga predisposición a estar en varios lugares, y es otra de las vías de investigación que se abren a raíz de este trabajo. Ahora la secreción de proteínas teóricamente intracelulares puede abrir caminos alternativos para buscar fármacos antitumorales”, expone.

Según los investigadores, el trabajo no solo permite que se empiecen a investigar nuevos fármacos que empleen a HMGA1 como diana, sino que también ha demostrado que puede ser utilizado como un biomarcador para predecir el inicio de la metástasis antes de que esta se inicie.

“Hemos demostrado una correlación entre la secreción de HMGA1 y su cambio en la localización subcelular (de nuclear a citoplásmico). Utilizando esta correlación hemos mostrado que la localización subcelular de HMGA1 en muestras clínicas predice la incidencia de metástasis en el cáncer de mama triple negativo”, concluye Villanueva.