C. R. Madrid | viernes, 12 de julio de 2019 h |

El 17 de enero de 2018 dio comienzo la duodécima legislatura del Parlamento de Cataluña, que no vio formar el ejecutivo liderado por Quim Torra hasta mayo de ese año y que ha tardado aún más en aprobar la primera ley impulsada desde el Govern: ha sido el 10 de julio de 2019, con el visto bueno unánime al proyecto que ‘resucita’ la Agencia Catalana de Salud como ente con personalidad jurídica propia, autonomía administrativa y financiera y plena capacidad de obrar en el ejercicio de sus funciones de promoción, vigilancia y protección de la salud y de prevención de la enfermedad, funciones que son recogidas en el texto de manera especificada.

La Agencia fue suprimida y fue adscrita al Departamento de Salud por el Ejecutivo de Artur Mas en 2014. Desde entonces, varias crisis de salud pública, derivadas en parte de la evolución social y tecnológica, y también del continuo incremento de movilidad de personas, bienes y mercancías, han venido evidenciando la necesidad de recuperarla como organización diferenciada. Con la aprobación unánime de los grupos de la cámara, la agencia recupera, más allá de su autonomía, el espíritu y las funciones iniciales con las que nació en 2009: implicar a todos los departamentos del Gobierno en la protección y la promoción de la salud, en la prevención de la enfermedad y la vigilancia de la salud pública. En el Consejo Rector, el que será el máximo órgano de gobierno de la agencia, estarán representados tanto los entes locales como otros departamentos del Govern.

Equidad, género y determinantes de salud

La consejera de Salud, Alba Vergés, ha celebrado la “recuperación de una agencia de país”, esencial, dijo, para formular políticas que aborden los determinantes sociales de la salud “de forma transversal”. Para Vergés, que ha destacado la gobernanza compartida con el resto de departamentos y con los entes locales, es muy importante que la Agencia de Salud Pública gane en flexibilidad “precisamente” para hacer aquello que debe ocupar, y preocupar, en el ámbito de la salud pública: adaptar el sistema ante los cambios necesarios para abordar esos determinantes que afectan “decisivamente” la salud de la población.

Asimismo, el nuevo ente integrará la equidad y la perspectiva de género dentro del diseño, la implantación y la evaluación del Plan Interdepartamental e Intersectorial de Salud Pública. En concreto, se desarrollarán las metodologías necesarias que contribuyan a tratar la dimensión del género, garantizando la recogida de datos desagregados por sexos y desarrollando indicadores cualitativos y cuantitativos de género.