XXII Congreso Nacional SEIMC

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CARMEN M. LÓPEZ Enviada especial a Bilbao | viernes, 25 de mayo de 2018 h |

La aparición y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos se está agravando por su prescripción incorrecta.

Un problema común en cualquier país es que no existe una prueba de diagnóstico suficientemente rápida que ayude a la prescripción correcta de antibióticos en el momento en el que se detecta una infección.

Este es un asunto central en las investigaciones actuales. Así lo comentó Harald Seifert del Instituto de Microbiología Médica, Inmunología e Higiene de la Universidad de Colonia, durante su Conferencia Magistral durante el XXII Congreso Nacional de Seimc. El experto puso el ejemplo del estudio ‘Antibiotic susceptibility testing in less than 30 min using direct single-cell imaging’ (Prueba de sensibilidad a los antibióticos en menos de 30 minutos mediante el uso de imágenes directas de células individuales), publicado recientemente.

En esta investigación, los autores tratan de desarrollar una herramienta para probar esa susceptibilidad en las infecciones del tracto urinario.

Así, a través de un chip microfluídico diseñado a medida pudieron monitorizar las tasas de crecimiento individual de las células bacterianas a través del microscopio. En este sentido, los autores encontraron la posibilidad de detectar cambios en la tasa de crecimiento en respuesta a cada uno de los nueve antibióticos que se usan para tratar las infecciones del tracto urinario en minutos. En una prueba de 49 aislados clínicos de Escherichia Coli uropatógena, todos fueron clasificados correctamente como susceptibles o resistentes a la ciprofloxacina en menos de 10 minutos. “El tiempo total para las pruebas de susceptibilidad a los antibióticos, desde la carga de la muestra hasta la lectura de diagnóstico, es de menos de 30 minutos, lo que permite el desarrollo de una prueba en el punto de atención que puede guiar el tratamiento correcto de la infección del tracto urinario”, apunta el estudio. Con todo, Seifert adelantó que este centro donde se hizo el estudio cuenta desde entonces con esta herramienta de ayuda a la prescripción.

De la prescripción al diagnóstico

Más allá de esta búsqueda de este tipo de herramientas, en España hay también avances en el diagnóstico. Luis Martínez-Martínez de la Unidad de Microbiología del Hospital Universitario Reina Sofía-Imibic, fue el encargado de abrir la sesión plenaria ‘Diagnostic stewardship’.

El experto explica que los servicios de Microbiología Clínica juegan un papel relevante en los programas de vigilancia y control de la infección y de optimización del uso de antimicrobianos.

En este sentido, estos PROA, llevados en un entorno de certificación o acreditación de calidad conducen a la obtención de resultados rápidos y fiables. Deben abordarse aspectos relacionados con la toma de muestras, la detección y análisis de microorganismos multiresistentes, la vigilancia y control de los mismos, su tipificación molecular y el almacenamiento de las cepas de interés.

Si bien cada servicio o unidad debe disponer de los métodos adecuados (antibiograma convencional,métodos proteómicos y genómicos) para la detección de resistencias en las combinaciones del microorganismo con el antimicrobiano. A juicio de Martínez-Martínez, un elemento de especial importancia en el programa es la preparación de informes de datos acumulados de sensibilidad a estos fármacos. De hecho, la Seimc dispone de un procedimiento para su elaboración.

Asimismo, las herramientas de tipificación molecular son claves para definir la relación clonal de distintos aislados, lo que a su vez puede contribuir en la detección de reservorios, así como en el conocimiento de modelos de transmisión y expansión de brotes. Además, puede ayudar a valorar la eficacia de medidas que se estén implementado para su control.

El microbiólogo cree que en un futuro, los métodos de secuenciación masiva ayudarán tanto a la detección de mecanismos de resistencia como a la tipificación molecular, aunque no tan fácil y rápido como parece: será necesario implementar en los laboratorios las herramientas de secuenciación y de análisis bioinformático.

Como ocurre en otras patologías, para avanzar en esta esfera harán falta programas de almacenamiento de microorganismos, es decir, registros de cepas, etcétera.

Como explicó también Seifert, para llevar a cabo este tipo de programas requieren de una coordinación perfecta (liderazgo, educación y formación, etcétera).

El “apocalipsis” antimicrobiano…

Lo que parece claro es que avanzar se va avanzando pero no al ritmo que se debería. Una de las lecciones que dio Seifert ahondó en la necesidad del esfuerzo OneHealth. No solo por parte del plano profesional, esta labor toca los vértices de la industria y de la administración.

Con respecto al tejido empresarial, Seifert comparó la evolución del pipeline en especialidades como oncología en 2016 y las expectativas para 2022, frente al número de aprobaciones de antibióticos desde 1983 hasta 2017. Mientras que la producción en otras áreas no hace más que crecer, los antimicrobianos no suponen apenas la decena de moléculas. Un panorama desolador que plantea un futuro, como advirtió Seifert, un tanto apocalíptico. Si bien, con una adecuada prevención, la partida podría cambiar.


Diagnóstico Stewardship:
Se podría definir como las “actividades destinadas al cuidado de algo que no es propiedad de uno mismo”



Detección precoz:
Algunos hospitales ya trabajan en técnicas que permiten un diagnóstico más rápido