GM Madrid | viernes, 24 de agosto de 2018 h |

Investigadores de The Royal Marsden NHS Foundation Trust y la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) han publicado una simple calculadora ‘on line’ que predice el riesgo a largo plazo de desarrollar algún tipo de cáncer tras haber sufrido cáncer de mama.

La herramienta de pronóstico CTS5 (puntuaje de tratamiento clínico después de 5 años), cuyos pormenores se han publicado en la revista ‘Journal of Clinical Oncology’, podría usarse para decidir qué pacientes tienen alto riesgo de recaída, después de recibir los cinco años estándar de terapia endocrina (hormonas), y por lo tanto, se beneficiarían de continuar con el tratamiento. También podría predecir qué pacientes tienen bajo riesgo de recurrencia y, así, evitar cualquier terapia adicional y sus posibles efectos secundarios adversos.

La terapia hormonal

Durante las últimas tres décadas se ha producido un importante aumento en los ratios de cáncer de mama invasivo, en los países occidentales. Un 85 por ciento de las pacientes, aproximadamente, son diagnosticados con receptores de estrógeno positivo, lo que significa que el cáncer crece en respuesta a la hormona estrógeno. A casi todas estas pacientes se les prescriben cinco años más de terapia hormonal, una vez se han sometido al tratamiento estándar (consistente en cirugía, quimioterapia y/o radioterapia) con el objeto de minimizar el riesgo de que el cáncer regrese. Sin embargo, la terapia hormonal puede tener complicados efectos secundarios, incluyendo el debilitamiento del tejido óseo y el agravimiento de los síntomas de la menopausia. Oncólogos y pacientes han de decidir juntos si tras cinco años de tratamiento, merece la pena alargarlo.

La ecuación CTS5

Mitch Dowsett, jefe del Centro Royal Marsden Ralph Lauren para Investigación del Cáncer de Mama y profesor de Endocrinología Bioquímica en el Instituto de Investigación del Cáncer, y Jack Cuzick e Ivana Sestak, de la Universidad Queen Mary de Londres, desarrollaron CTS5 tras revisar los datos de dos estudios, que contenían información sobre 11.446 mujeres posmenopáusicas diagnosticadas de cáncer de mama con receptores de estrógeno positivo, que habían recibido cinco años de terapia hormonal (tamoxifeno, anastrozol o letrozol).

Cruzando los datos de los estudios, midieron cuántas mujeres desarrollaron metástasis entre cinco y diez años después de haber terminado la terapia endocrina. Esto se combinó con información sobre el tumor, que había sido tomada en el momento del diagnóstico, para producir una ecuación de riesgo: CTS5.

Los investigadores luego probaron CTS5 con los datos del segundo estudio. Se demostró que CTS5 es capaz de separar con precisión a las mujeres en grupos de riesgo bajo, intermedio o alto de desarrollar otro cáncer, después de cinco años de terapia hormonal. La prueba identificó al 42 por ciento de las mujeres con riesgo suficientemente bajo, y para las que extender la terapia hormonal habría sido de “muy poco valor”, indican.

“Lo que hemos desarrollado podría mejorar la práctica clínica, beneficiando a pacientes con cáncer de mama y evitando el tratamiento prolongado innecesario”, explica Dowsett. “Nuestra herramienta proporciona una manera muy simple de calcular el riesgo de una metástasis posterior para cada caso individual” matiza Sestak.