A.F. Madrid | viernes, 30 de diciembre de 2016 h |

Al pensar en la atención primaria española del próximo decenio, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, asegura que llaman la atención los riesgos que el SNS pueda tener a la vista de las tendencias que se han puesto de manifiesto durante los últimos años, como por ejemplo las falsas propuestas liberalizadoras, la parálisis del desarrollo de la gestión clínica o el desarrollo progresivo de “las fundaciones y estructuras sanitarias ‘cuasi privadas’ o ‘cuasi públicas’, según interese”. Así se recoge en el capítulo escrito por Rodríguez Sendín en el libro Médicos de familia, médicos de personas.

En su opinión, estas falsas propuestas liberalizadoras están muy centradas en “estrategias para controlar al médico”, por un lado en su productividad y, por otro, de sus manifestaciones y reacciones frente a los cambios propiamente dichos.

Por todo esto, considera que el futuro vendrá determinado por la necesidad, ya que cualquier estudio en los países del entorno europeo muestra que entre el 80 y el 90 por ciento de los problemas de salud que plantea habitualmente la población se pueden resolver en un primer escalón sanitario.

La innovación tecnológica y la oferta de nuevos servicios es “fundamental y posible” en atención primaria, “pero los intereses de las diferentes familias médicas los impiden en ocasiones cuando no los dificultan”.

Son también elementos básicos para la medicina general y de familia la libertad de expresión y autonomía profesional responsable, suficientes para organizarse, entendiendo la autonomía en sentido amplio: en lo profesional, científico, laboral y humano, recoge el presidente de la OMC.

Las prestaciones necesarias como la asistencia en cualquiera de sus modalidades o los medicamentos fundamentales deben ser siempre gratuitos en el momento de la demanda. “El copago en cualquiera de sus modalidades no es la solución y si lo fuera como limitador de la petición de pruebas y medicamentos tendría que prever y evitar las consecuencias para aquellos menos favorecidos que no pueden pagarlas”, asegura en Médicos de familia, médicos de personas.

En un futuro inmediato, lo que marcará la diferencia será la calidad del servicio que se presta pero no aquella a la que se está acostumbrado (la que establecen profesionales y administraciones), sino que forma parte de una doctrina cuyo fin último es satisfacer a quien se sirve y disminuir los riesgos inherentes a toca actividad sanitaria.

Finalmente, asegura que no es cierto que una política de estímulos y de motivaciones sea incompatible con un modelos especial de relación de empleo.