E.M.C. Madrid | viernes, 28 de junio de 2019 h |

El neumólogo José Luis Viejo Bañuelos es uno de los autores del libro “Enfermedades respiratorias en Atención Primaria”, publicado con el apoyo de Teva. El especialista explica a GM cómo ha de ser el abordaje común de estas patologías.

Pregunta. ¿Qué peso tiene el manejo de la patología respiratoria en AP?

Respuesta. El libro que hemos presentado se titula “Enfermedades respiratorias en atención primaria” y trata de actualizar el manejo de la patología respiratoria en los médicos del primer nivel. Nos hemos centrado en las once enfermedades más frecuentes en las consultas de AP.

Hoy sabemos que hay hasta un 30 por ciento de pacientes que acuden a AP tienen síntomas o enfermedades respiratorias y por lo tanto es muy frecuente que necesiten un diagnóstico dentro de este campo.

Son fundamentalmente el asma, que afecta a un seis por ciento de la población y a un 10 o 12 por ciento de los niños, y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que afecta al 10 por ciento de la población general entre los 40 y los 80 años. Son las dos enfermedades más prevalentes y tienen dos capítulos sobre diagnóstico, conocimiento de la enfermedad, manejo y tratamiento. Hay otras enfermedades como la neumonía, la tuberculosis, la apnea del sueño, el tromboembolismo pulmonar o la insuficiencia respiratoria, en las que es muy importante mantener una buena relación entre el médico de atención primaria que ha de seguir estos pacientes y el especialista en neumología, que tiene que aplicar técnicas diagnósticas y ajustar tratamientos o particularidades de estas enfermedades.

P. ¿En la práctica existe esa relación fluida?

R. Es muy importante. La relación depende de la situación concreta de cada hospital y cada centro de salud. En general, es necesario que haya una relación y un conocimiento mutuo. Uno de los capítulos se refiere a los criterios de derivación de un paciente al neumólogo o al hospital de referencia.

P. ¿Qué tipo de pruebas respiratorias se realizan en atención primaria?

R. En los centros de salud se llevan a cabo algunas técnicas como la espirometría para detectar enfermedades como el asma o la EPOC. El abandono del tabaco se puede hacer desde aquí, al igual que la prevención de la infección por neumococo o la gripe es una labor del primer nivel. Es importante el conocimiento de los síntomas que pueden llevar a otras enfermedades que tradicionalmente veía el neumólogo como la fibrosis pulmonar o la insuficiencia respiratorias, que son patologías en las que debe participar más el médico de AP.

P. ¿Existe un manejo adecuado de estos dispositivos?

R. La formación de los profesionales que realizan estas técnicas es fundamental y también la de aquellas personas que enseñan a los pacientes en el manejo de su enfermedad, en terapia inhalada, por ejemplo. Ambos aspectos implican también a la enfermería. Médico de atención primaria, enfermería y fisioterapia forman parte del manejo de estas enfermedades. Tenemos que ir hacia un tratamiento personalizado para los pacientes sin compartimentos estancos. Puede pasar por el médico de familia, acceder a un servicio de neumología para pruebas específicas, pero ha de volver al médico de familia y la enfermera ha de participar en este proceso también haciendo asistencia en los aspectos sociales del paciente. Hay que buscar una asistencia integral con todos los agentes implicados en ella.