Sandra Pulido Madrid | viernes, 13 de julio de 2018 h |

El Servicio Microbiología y del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre i+12 trabaja en vacunología inversa contra agentes que no tienen vacunas como el VIH o contra enfermedades como la gripe en la que no funcionan al 100 por cien.

Actualmente, su estrategia de trabajo les ha llevado a demostrar que los supervivientes de la última epidemia del ébola poseen anticuerpos capaces de atacar las zonas protegidas por la envoltura del virus anulando así su agresividad.

Tal y como ha explicado Rafael Delgado, coordinador principal del estudio, “hemos podido disponer de muestras de pacientes que han sobrevivido a la infección y hemos estado estudiando los anticuerpos que han producido frente al virus”. Este tipo de anticuerpos, bautizados como ‘Unicornio’, ya habían sido identificados en clones creados en el laboratorio pero es la primera vez que se detectan en muestras reales de pacientes que han superado la infección y que fueron seguidos en España.

Según el especialista, estos anticuerpos pueden acceder a las zonas recónditas si antes se modifica la envoltura del virus para quitarle la protección y exponer las regiones críticas.

“Si nosotros modificamos la proteína y despojamos esa proteína del envoltorio del virus ébola, le quitamos un escudo protector y exponemos unas zonas de vulnerabilidad que están protegidas y que son muy poco accesibles”, asegura el coordinador.

En las infecciones naturales, estos anticuerpos solo tienen oportunidad de actuar contra el virus cuando está situado en el interior de la célula, pero en ese momento se presenta en muy baja concentración y su acción es muy limitada. Este estudio aporta una nueva estrategia mediante la modificación de la envoltura para inducir una mayor producción de anticuerpos.

“Son anticuerpos muy especiales que tienen una eficacia muy grande para bloquear al virus ¿Cuáles son las implicaciones de nuestra investigación? Quizás la más importante es que merecería la pena inducir estos anticuerpos mediante una vacunación”, señalaba el experto.

¿Y Cómo conseguirían esto? “Pues no vacunando con la vacuna convencional que expresa la glicoproteína completa sino con una modificación que precisamente exponga esas zonas tan conservadas al sistema inmune para inducir estos anticuerpos y hacer que estén presentes en mayor concentración “, puntualizó.

Todas las variedades

Los anticuerpos descubiertos proceden de los supervivientes de la última epidemia de ébola ocurrida en África Occidental entre 2013 y 2016 y que correspondía a la cepa Zaire.

Sin embargo, estos anticuerpos pueden convertirse en agentes extremadamente eficaces capaces de neutralizar todas las variedades de virus ébola conocidas. No solo las de tipo Zaire sino también a las variantes Sudán o Bundibyo.

“En cuestión de un año podríamos tener la respuesta a la vacuna por lo menos en el modelo de ratón, si esta estrategia cumple las expectativas que esperamos”, concluye Delgado.

Una enfermedad letal

El primer brote de ébola documentado ocurrió en el Congo en 1976 donde se detectaron 3.418 casos y 2.830 muertes con una tasa de letalidad de 83 por ciento. Este brote fue causado por el virus Ébola-Zaire, una de las cepas más epidémicas y mortales de la historia. El que comenzó en Guinea Conarky en 2013 y que alcanzó proporciones epidémicas, ha sido el mayor hasta el momento con más de 28.000 infectados y 11.000 fallecimientos. En octubre de 2014 se declaró en Madrid el primer caso de contagio de ébola fuera de África. Una de las auxiliares que atendió al misionero repatriado desde Sierra Leona (fallecido a causa del virus) fue contagiada.