Sandra Pulido Madrid | viernes, 11 de mayo de 2018 h |

El reciente caso del paciente de Reino Unido infectado por la bacteria neisseria gonorrhoeae (gonococo) que no respondía a los antibióticos ha reabierto el debate sobre el aumento de las multirresistencias en el campo de las infecciones de transmisión sexual (ITS).

Según el presidente de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS), Ramón Cisterna, este caso de “supergonorrea” es “casi exclusivo del gonococo pero tampoco es una historia nueva. Lo que si es cierto es que ha aparecido una cepa multirresistente a los tratamientos habituales. Lo cual si esto llega a extenderse de una forma sistemática habrá que acondicionar los tratamientos efectivos para este tipo de infecciones”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió en 2017 sobre la resistencia cada vez mayor de la infección por neisseria gonorrhoeae a los antibióticos de primera línea que alcanzaban porcentajes del 97 por ciento en el caso de ciprofloxacino, 81 por ciento en azitromicina y 66 por ciento en cefixima o ceftriaxona.

“Hasta ahora lo que conocíamos del gonococo es que muy lentamente se iba haciendo resistente a uno de los tratamientos habituales. En estos momentos ha aparecido en Reino Unido esta ‘superbacteria’ resistente y ha encendido las alarmas. Realmente lo que nos exige a todos es estar muy atentos. La vigilancia es un elemento absolutamente útil y absolutamente necesario para contraatacar a este tipo de microorganismos tan resistentes”, puntualiza a GM Cisterna.

El riesgo de la multirresistencia no solo es propiciada por su gran adaptabilidad a medios hostiles como son los antibióticos, sino que además puede recibir información de otras bacterias para enseñarle cómo hacerse resistente. “Este es un fenómeno que se da también en otro tipo de bacterias que forman comunidades. Y en esas comunidades hay un trasiego de información de cómo se han hecho resistente los antimicrobianos”, explica el especialista.

Indidencia ITS

Según la OMS, el crecimiento de los enfermos de gonorrea se debe al aumento de un comportamiento sexual inseguro, al incremento del turismo, a sistemas de detección poco efectivos y a tratamiento inadecuados. “Este es un fenómeno que se lleva observando en todo occidente donde ha habido un repunte desde hace ya unos años en el conjunto de las enfermedades de transmisión sexual, sobre todo, referenciados por algunos de los patógenos más frecuentes como puede ser la clamidia, el gonococo o el agente causante de la sífilis. Realmente estamos en una situación, que no voy a decir preocupante, pero si en la que habrá que actuar sobre ello”, concluye Cisterna.