A lo largo de los años, la Comunidad Autónoma de Madrid ha perfilado su estrategia sanitaria al tiempo que pedía una financiación más justa. Retrasada una vez más la prometida reforma del modelo financiero, la Consejería de Sanidad sigue con sus planes. En el horizonte más cercano están el estrechar lazos con la industria farmacéutica asentada en la región, la receta electrónica interoperable, el refuerzo del primer nivel asistencial, el acceso a innovación, la transformación del modelo o la reducción de la inestabilidad laboral.
C. M. López / C. B. Rodríguez | 2019-04-17T09:56:00+02:00 h |

Pregunta. ¿Qué balance hace desde su llegada a la Consejería?

Respuesta. Acabamos de publicar la sexta actualización de datos del Observatorio de Resultados del Servicio Madrileño de Salud. Y sus resultados dicen mucho sobre hacia dónde va la sanidad madrileña. Hemos incorporado 27 indicadores más. Nuestro objetivo es seguir profundizando para que la percepción de los profesionales y pacientes, así como los propios indicadores en resultados en salud, nos indiquen hacia dónde ir. También habría que regular la satisfacción de los pacientes, pero en líneas generales estamos contentos.

P. No habrá reforma de la financiación autonómica hasta 2020. En materia sanitaria, ¿cuáles son las consecuencias de este retraso para la CAM?

R. La financiación ha sido una queja histórica de esta Comunidad, ya que siempre se ha sentido infrafinanciada, de manera global y de manera directa. Siendo una Consejería que invierte en Sanidad el 41 por ciento del presupuesto, nos sentimos perjudicados. Insistimos en una financiación justa, porque la Comunidad es la que más aporta y debe tener un mayor retorno para los madrileños.

P. ¿Deben tener más presencia los pagadores en el foro donde se deciden los precios?

R. Debemos tener más peso a la hora de tomar este tipo de decisiones. La factura farmacéutica de la Comunidad de Madrid está en 2.250 millones de euros y es una parte importante de nuestro presupuesto. Todo lo que sea tener más capacidad de razonar o de poder justificar nuestro peso al tomar estas decisiones nos viene bien (…) Pero nosotros actuamos con lealtad con el ministerio. No vamos a permitir que a los madrileños nos cuesten más las vacunas que a otras autonomías. Ahí sí que tendríamos que ver la capacidad de liderazgo del Ministerio de Sanidad porque, además, negociar en nombre de todas las comunidades autónomas es mejor que hacerlo de manera individual.

P. Genéricos y biosimilares son una apuesta por la sostenibilidad. ¿Cuál es la estrategia de Madrid?

R. Debemos tener una estrategia clara y encontrar un punto de equilibrio. La nuestra confluye en dos líneas. Una es la accesibilidad. La segunda es un horizonte de sostenibilidad. En líneas generales, tenemos que ser muy versátiles a la hora de establecer el método de compra. No hay que fijarse con una estrategia cerrada ni ser rígidos en nuestra relación con la industria; tenemos que buscar la fórmula más correcta según el fármaco y la eficacia. Podemos ir de lo más sencillo, como es una central de compras, a fórmulas de riesgo compartido o con resultados que justifiquen la compra.

P. En biosimilares está el debate de la intercambiabilidad…

R. Con la estrategia de biosimilares, Madrid ha sido una de las pioneras. Ahí priman los criterios técnicos, más allá de la decisión estrictamente política. En ese sentido, sí estamos trabajando con los resultados y con las fórmulas de contratación con la industria.

P. La misma respuesta se aplicará, entonces, para los innovadores…

R. Siempre vamos a aplicar lo mejor para los pacientes, pero como Administración tenemos que valorar el criterio de sostenibilidad. Tenemos que sostenerlo con criterios técnicos, en la línea de pagos por resultados y riesgo compartido, porque es importante que la Administración sea cauta a la hora de aplicar medicamentos que tienen un coste importante.

P. Otro reto es la Medicina Personalizada de Precisión. ¿Qué guías deben regir, a su juicio, una estrategia nacional?

R. Tenemos que tener clara la estrategia, porque la medicina de precisión requiere de un esfuerzo económico importante. Hay que contar con los profesionales y ello requiere de una organización importante y sobre todo, de estar permanentemente pensando en la innovación. La Sanidad, en líneas generales, está en un proceso de transformación permanente y la Administración tiene que moverse con firmeza pero con cautela hacia el horizonte. Todavía nadie se ha atrevido a perfilar cuál sería el modelo exacto de medicina de precisión porque si se estableciera, probablemente en seis meses quedaría obsoleto. Sí que debemos establecer líneas claras sobre cuál sería el perfil del paciente, hábitos de vida, tratamientos… A partir de ahí se podría establecer la medicina de precisión, sabiendo que se van a incorporar novedades.

P. ¿Cuál es la estrategia de Madrid para reforzar el primer nivel asistencial?

R. A nivel presupuestario, desde que comenzó la legislatura íbamos incrementando cada año el presupuesto. En 2015, 30 millones; en 2016, 60 millones; y en 2017, 90 millones. Había que actuar a varios niveles. Primero, en recursos humanos se han incorporado más de 400 profesionales entre médicos de familia, pediatras, fisioterapeutas, psicólogos y odontólogos. En segundo lugar, hacer acciones con las infraestructuras sanitarias. En los primeros años de la crisis se congeló la inversión, y era necesario construir nuevas y reformar las que había. Además, a los profesionales de Primaria hay que dotarles de mayor capacidad y de las herramientas que les permita aumentar la capacidad de resolución. Tenemos una AP muy bien valorada por los pacientes. Otro reto son las urgencias extrahospitalarias, que sean más utilizadas por los pacientes antes de acudir al hospital y eliminar así ese ‘hospitalocentrismo’ en urgencias que tienen los madrileños. También en odontología, hay que impulsar los programas con los PADIS. Se trata de que el centro de salud sea ese primer escalón asistencial, porque tiene una capacidad de resolución del 90 por ciento.

P. ¿Cómo está siendo esa transformación del modelo?

R. No solo hay que curar; hay que cuidar. Y no sólo hay que hacerlo en el hospital; hay que seguir la asistencia donde esté el paciente, ya sea en residencias, en el domicilio, en AP o en el propio hospital. Todas las profesiones sanitarias tienen su rol y su peso. Ese cambio de modelo está impulsado, principalmente, por la cronicidad. El aumento de la esperanza de vida no es un casual; tiene el respaldo de la mejora asistencial, diagnóstica y del tratamiento. Lo que hacemos es adaptarnos al perfil de los pacientes, y esto no sólo hay que hacerlo desde el punto de vista sanitario, también desde el punto de vista social.


Insistimos en una financiación justa, porque la Comunidad de Madrid es la que más aporta y debe tener un mayor retorno para los madrileños



No hay que fijarse con una estrategia cerrada ni ser rígidos en la relación con la industria; debemos buscar la fórmula más correcta según el fármaco y la eficacia



Todavía nadie se ha atrevido a perfilar el modelo exacto de medicina de precisión porque si se estableciera, probablemente en seis meses quedaría obsoleto


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