Una buena alimentación se traduce, en términos generales, en una mejora de los parámetros de salud de la población y, además, en una disminución del gasto sanitario. Así comienza el prólogo del informe «Alimentación, factor de salud y sostenibilidad«.
Ha sido elaborado por Cariotipo, en colaboración con la Fundación Española del Corazón y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). En él han participado 11 expertos en sus respectivos campos para analizar los retos a los que se enfrentan los actores implicados en la cadena alimentaria, la salud o la economía, entre otros.
Una dieta saludable favorece a la economía
En la presentación del informe, la presidenta de Cariotipo, Carmen Mateo, señalaba que «una correcta alimentación podría suponer un ahorro de 14.300 millones de euros a nuestro sistema sanitario». Esto supone casi el 20 por ciento del gasto sanitario público.
Pero no solo una dieta sana alivia a la economía. También es «un factor clave en la salud», destaca el cardiólogo Carlos Macaya. Asegura que comer bien reduciría el riesgo de padecer enfermedades, como “diabetes, cáncer e, incluso, problemas respiratorios”.
Así, Macaya explica que una buena alimentación, sobre todo, es importante en los primeros y los últimos años de la vida. Y es que en los primeros es donde más necesario es aprender a llevar una dieta saludable porque «es donde realmente se inculcan los hábitos que van a durar toda la vida».
María Dolores Rubio, directora médico del Hospital Dr. Rodríguez Lafora, de Madrid, hace hincapié en aprovechar que España tiene la dieta mediterránea para comer de forma más saludable.
España, a la cabeza en obesidad
Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 41 millones de niños menores de 5 años tenían obesidad en 2016. Y si no se pone remedio, para 2025 se espera que la cifra aumente hasta los 70 millones de niños.
Pero a nivel nacional, al doctor Macaya le preocupa «que España lidere la cifra de sobrepeso y obesidad infantil de Europa; solo Grecia nos adelanta un poco». Por tanto, es necesario vigilar lo que comen los niños, que lleven una buena alimentación, porque Macaya avisa de que, a la larga, serán proclives a «desarrollar enfermedades cardiovasculares«.
Desinformación y crisis alimentarias
Los expertos en nutrición llevan tiempo alertando del riesgo de buscar en Internet información alimenticia, porque no siempre procede de fuentes oficiales. «Aproximadamente, el 60 por ciento de las consultas que se hacen por Internet están relacionadas con la nutrición y el estilo de vida saludable«, señala Carmen Mateo. Por tanto, aboga por luchar contra la desinformación.
En relación a las crisis alimentarias, la doctora Rubio pone en valor la responsabilidad de todos los actores de la cadena alimentaria. Aclara que buena parte de las enfermedades transmitidas por alimentos son causadas por «alimentos preparados o manipulados incorrectamente en los puntos de venta o en lo hogares».
Además de la importancia del tratamiento de los alimentos, también hay que incidir en la sostenibilidad de los mismos. Miguel Aguado, socio director de B Leaf, señala que las empresas están evolucionando «hacia modelos mucho más sostenibles«. Es decir, emplean variables como «la reducción de la huella de carbono, el análisis del ciclo de la vida del producto y, especialmente, una orientación hacia un modelo de economía más circular». Así, los expertos abogan por aumentar el consumo de vegetales y reducir el consumo de carnes rojas y azúcares.
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