La conocida como astenia primaveral es una dolencia subjetiva y pasajera que se manifiesta durante esta estación del año, y que supone un incremento de la somnolencia, cansancio y fatiga de las personas que la sufren. Aparece en las primeras semanas de la primavera, tras la llegada del calor, después de los meses más fríos, y se estima que casi un 20 por ciento de las consultas en atención primaria durante esta época están relacionadas con este cuadro sintomático.
“No es considerada como una enfermedad, sino un conjunto de síntomas relacionados como el cansancio y la dificultad para conciliar el sueño y dormir durante esta época del año”, explica a EG, Pablo Caballero, técnico de divulgación científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF). “Otros síntomas relacionados con la alergia potencian esta sensación de fatiga como puede ser la congestión nasal o el dolor de cabeza”, añade.
Recomendaciones
Caballero recomienda descansar adecuadamente siete u ocho horas todas las noches para evitar los síntomas de este tipo de astenia durante el día.Asimismo, recomienda a los pacientes que le refieren que han estado alimentándose mal o con deficiencias nutricionales, que lleven una dieta lo mas rica y equilibrada posible, con todos los nutrientes y vitaminas necesarios, ya que una mala nutrición puede agravar los síntomas de la astenia.“En las consultas farmacéuticas podemos llegar a indicar complementos vitamínicos o productos que produzcan ligeros efectos estimulantes como pueden ser la guaraná o el ginseng”, explica Caballero, en relación a estas sustancias, cuyos efectos para contrarrestar la debilidad están demostrados.Al fin y al cabo, con el paso de las semanas durante la primavera esta sensación va remitiendo poco a poco.Una astenia primaveral no deja de ser una dolencia temporal, no comparable a una astenia crónica, la cual ya sí que es un problema de salud más grave y producido por otros factores que requerirían una valoración médica.
¿Por qué ocurre este trastorno?
Los cambios en el clima, en los horarios y en los hábitos de vida producen que haya personas que presenten estos síntomas. “Al igual que con la llegada del calor excesivo en verano, se produce dilatación en los vasos sanguíneos, este podría ser uno de los motivos por los que hay personas que presentan cuadros de astenia primaveral”, comenta Caballero que considera que uno de los motivos puede ser que después de tantos días de frio en invierno, con la llegada del buen tiempo, se produzca vasodilatación en el organismo y, por lo tanto, en mayor o menor medida cansancio, fatiga y somnolencia.
“Otro motivo podría ser la subida de la presión atmosférica”, afirma, a pesar de reconocer que se tratan de síntomas subjetivos y que verdaderamente no se conocen, o no hay estudios fehacientes sobre los motivos por los que se da este fenómeno”.
Los cambios horarios que se producen durante el ultimo fin de semana de marzo también tienen que ver con esta dolencia. “El cambio de ritmo y las horas de sueño producen cansancio y hacen que necesitemos un tiempo de adaptación hasta que nuestros ritmos se normalizan”, asegura el técnico. El hecho de que haya luz hasta más tarde y nos acostemos más tarde también, aprovechando estos momentos de luz, produce un desfase en nuestros biorritmos.
En climas donde los cambios estacionales no son tan marcados, como pueden ser el tropical o ecuatorial, este tipo de fenómenos son menos notables.
La astenia primaveral no está clasificada como una enfermedad dentro del catalogo de la OMS, por lo que parece que este fenómeno es más bien el producto de un mecanismo fisiológico de adaptación del cuerpo a las condiciones propias del cambio de estación.