Desde hace algunos años son numerosas las consultas que se reciben en la oficina de farmacia en torno al cuidado de la piel. Especialmente desde la pandemia ya que según los expertos actualmente “el 70 por ciento de la población percibe su piel como muy sensible y antes de ella este porcentaje se situaba en un 50 por ciento”. Desde entonces, no sólo se han descubierto más perfiles con piel sensible sino también la aparición de nuevas patologías de la piel como, por ejemplo, la rosácea. Ahora, este tipo de paciente, además de solicitar un tratamiento adecuado en la farmacia también acude preocupado por el envejecimiento prematuro de su piel.
Sobre todo esto se habló en la nueva formación online organizada por Asefarma para la que se contó con la colaboración de Dermofarm de la mano de Glòria Casanova, farmacéutica y Training Manager de este Laboratorio y responsable de Formación de Sensilis.
El cliente/paciente de hoy se preocupa más por tener buen aspecto, por cuidar su piel y su cabello y son muchas las dudas que trasladan al farmacéutico para acertar con los productos que se aplicará en su autocuidado. Sin embargo, la primera premisa a tener en cuenta es que no todo el mundo tiene el mismo tipo de piel y, por tanto, el cuidado de la misma no ha de ser general. Las pieles sensibles, por ejemplo, exigen una atención diferente y unos productos adecuados que respeten no solo la barrera cutánea, sino que, además, la proteja frente a las agresiones externas.
Como detalló Casanova, la piel de cualquier parte del cuerpo puede ser o volverse sensible, especialmente la cara y necesita un abordaje adecuado según su tipología.
La evolución del tratamiento de la piel sensible desde la farmacia
Tradicionalmente la sensibilidad de la piel se asociaba a un problema cosmético -reacción a algún producto- o a una alteración puramente psicosomática con un fuerte componente subjetivo. Sin embargo, a día de hoy “hemos pasado a una concepción a una entidad compleja considerada como un síndrome neurodermatológico”, apuntó la experta.
Además, también está demostrado que la piel sensible envejece más rápido y los pacientes demandan cada vez más productos que además de tratar su patología, también sean “anti-aging”. Desde la farmacia los tratamientos enfocados a las pieles sensibles “sólo se encargaban de calmar, las texturas eran muy gruesas, poco cosméticas y se ofrecían sin perfume”. Como añadió la responsable de Formación de Sensilis, “había cierto miedo” pero poco a poco esto ha ido cambiando: “Se han roto paradigmas con los que se ha dado paso a la innovación necesaria para cubrir las demandas actuales”. Los productos ahora son más cosméticos, ligeros, pueden prevenir el envejecimiento e incluso van perfumados.
El diagnóstico de las pieles sensibles
Glòria Casanova hizo un recorrido por los distintos tipos de piel sensible que se deben tener en cuenta conforme a la función de barrera epidérmica, factores a los que puede reaccionar o a la presencia de enfermedades asociadas. También repasó la etiología y la fisiopatología de la piel sensible de cara a que todos los asistentes pudieran refrescar sus conocimientos.
Como detalló, el paciente con la piel sensible la percibe, la sufre y tiene sus episodios. Sin embargo, por otro lado “existe el concepto de la piel sensibilizada en el que entramos todos porque es acotado en el tiempo (puede ser por un tema hormonal, inicio de la menopausia o tratamientos médico-estéticos). Hay que saber diferenciarlas “aunque es cierto que a nivel tratamiento pueda llegar a ser común”.
Al ser algo complejo de cuantificar, identificar y manejar desde la farmacia, el diagnóstico de la piel sensible se puede realizar a partir de la interpretación de los síntomas referidos por el paciente. No hay que dejarlo pasar dado que además “tiene una importante incidencia en la calidad de vida de las personas que lo presentan”. Como añadió Casanova, hay que preguntar sobre la sensibilidad, irritación y reactividad de la piel productos cosméticos. Para ello, puede ser muy útil la utilización del denominado cuestionario “Querleux”.
Asimismo, también subrayó que existen también test a nivel objetivo que se realizan desde el ámbito médico para tener un diagnóstico más claro. “Hay pruebas que miden la reactividad, los síntomas visibles, parámetros estructurales y fisiológicos…”.
La importancia de una rutina de cuidado facial
Para finalizar, la experta en cosmética también mostró algunos protocolos a seguir a la hora de abordar pacientes con piel sensible que estén muy expuestos a la luz solar, que tengan la piel seca o grasa, que quieran enfocar sus cuidados en el contorno de sus ojos o tratar patologías concretas como, por ejemplo, la rosácea.