El creciente desarrollo y uso de nuevos diagnósticos, dispositivos, medicamentos e innovaciones digitales está transformando la forma en que las personas interactúan con los sistemas de salud. Este cambio de paradigma implica que los servicios fragmentados y los enfoques verticales ya no son el camino a seguir. Muchos problemas pueden tratarse a través del autocuidado, y la lista sigue creciendo. Pero, aunque todos deberían poder ejercer su derecho a la salud, las intervenciones de autocuidado de calidad no están al alcance de todos. Esta idea ha inspirado a la OMS, que quiere aprovechar el Mes del Autocuidado (del 24 de junio al 24 de julio) para crear conciencia sobre la necesidad de promover la investigación y el diálogo en la materia. Ha decidido comenzar en el área de la salud y los derechos sexuales y reproductivos con el lanzamiento de la primera Guía Consolidada sobre Intervenciones de Autocuidado para la Salud.
La OMS viene defendiendo que las intervenciones de autocuidado ofrecen nuevas oportunidades para alcanzar los objetivos de ‘triple billón’ en los próximos cinco años: mil millones más de personas que se puedan beneficiar de cobertura de salud universal; otros mil millones mejor protegidas ante emergencias sanitarias y mil millones más que puedan gozar de mejor salud y bienestar. Para su director general, Tedros Adhanom, “esta primera guía consolidada sobre las intervenciones de autocuidado es un hito” al que seguirán directrices en otras áreas, como la prevención y el tratamiento de enfermedades no transmisibles.
La Guía
El documento de intervenciones en autocuidado impulsado en el área de salud sexual parte de varios datos preocupantes. Hoy, al menos la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios de salud básicos, incluidas 214 millones de mujeres en edad reproductiva en países en desarrollo que desean evitar el embarazo pero que no usan o no pueden acceder a los métodos anticonceptivos modernos. Además, cada año se producen aproximadamente 22 millones de abortos inseguros en todo el mundo y diariamente se registran más de un millón de infecciones de transmisión sexual.
Los expertos de la OMS que se han encargado de redactar esta guía han trabajado con la mirada puesta en la consecución de la cobertura sanitaria universal, que mejora los resultados de salud gracias a un enfoque de la salud centrado en las personas que considera a las personas como responsables activos de la toma de decisiones en su propia salud y no simplemente receptores pasivos de los servicios de salud.
El resultado ha sido un documento muy centrado en los derechos humanos, la ética y la igualdad de género que ofrece recomendaciones basadas en la evidencia sobre intervenciones clave de autocuidado, así como buenas prácticas a la hora promover estas estrategias. Su público puede considerarse global, si bien está especialmente indicado para los responsables políticos nacionales e internacionales, los investigadores, los profesionales sanitarios (incluidos los farmacéuticos) o las organizaciones de la sociedad civil responsables de tomar decisiones u ofrecer asesoramiento sobre el autocuidado de la salud.
En relación a su contenido, la guía ha identificado varias áreas en las que se considera necesario desarrollar nuevas recomendaciones: anticonceptivos autoinyectables; píldoras anticonceptivas orales; uso de kits de predicción de la ovulación en el hogar; y los test de VPH para la detección del cáncer cervical o para detectar enfermedades de transmisión sexual.
Implementar, evaluar, investigar
La OMS considera que sus recomendaciones son relevantes a nivel mundial y adaptables al contexto de cada país, teniendo en cuenta las condiciones económicas y los servicios de salud y las instalaciones de atención de salud existentes en cada uno de ellos. Asimismo, en un campo sometido a tantos cambios y que avanza tan rápidamente como el del autocuidado, la OMS ha querido que el resultado de su trabajo sea una guía ‘viva’, que permita una revisión continua en base a la evidencia. Precisamente por ello, la implementación y el impacto de estas recomendaciones se monitorizarán a nivel de servicio de salud, regional y nacional, según los indicadores existentes, y darán paso a futuras recomendaciones.
Impulsar el autocuidado pasa también, según la OMS, por impulsar la investigación. La Organización Mundial de la Salud declara haber identificado “importantes brechas de conocimiento” en esta materia, aunque mira con confianza la creciente adopción de la salud digital en el espacio de autocuidado como generador de oportunidades para obtener evidencia en tiempo real.