Alberto Cornejo Madrid | viernes, 21 de abril de 2017 h |

Es sin lugar a duda —por méritos propios— la farmacéutica más popular. Ya lo era por su blog (Boticaria García), y ahora más con su presencia en programas televisivos y tertulias radiofónicas, así como por su también condición de escritora. Se estrenó en 2015 con El paciente impaciente y ahora vuelve a la carga con El Moco radiactivo (La Esfera de los Libros), una obra de ayuda a padres primerizos con el ‘sello García’. Es decir, información rigurosa presentada de forma amena. Hablamos con ella en esta etapa de “post-parto” tras su salida a la luz y en la que ahora toca disfrutar del ‘niño’.

Pregunta. Al igual que el El paciente, impaciente, ¿este libro también se ha ‘cocinado’ dentro de las paredes de la farmacia?

Respuesta. Así es, tanto por lo que me ha ocurrido ejerciendo en la farmacia como por las consultas de padres primerizos que he recibido en mi blog. También por el crecimiento de todo lo que rodea al mundo de la maternidad y la desinformación existente en torno a ella. Recuerdo que cuando empecé a trabajar en la farmacia apenas había unas marcas para productos de bebé… Ahora, cualquier búsqueda de estos productos, como chupetes, en plataformas como Amazon genera más de 17.000 referencias.

P. Incluso, puede considerarse un spin off de tu primera obra, en la que las madres primerizas también tenían su capítulo.

R. Puede ser. En El Moco radiactivo hay un guiño a Sisi, la madre primeriza que protagonizaba las anécdotas en ese capítulo de El paciente impaciente.

P. ¿Cuál es la principal utilidad de este libro?

R. En especial, facilitar a los padres una información rigurosa y científica sobre sus dudas, pero con un lenguaje ameno a la par que directo. También mandar un mensaje de tranquilidad y desdramatizar todo lo que rodea al mundo de la maternidad y el cuidado del bebé; que los padres sepan separar el grano de la paja. Creo que este libro es útil para ser leído en las últimas semanas de embarazo.

P. ¿Algún ejemplo que desdramatizar?

R. Por ejemplo, la inflamación de las mamás del niño es algo frecuente y sobre lo que no conviene asustarse. Por eso creo que esta obra puede servir como preparación al parto, pero ameno. He intentado centrarme en los temas que más trato en este campo como farmacéutica y nutricionista. De hecho, el capítulo más amplio es el que hace referencia a la nutrición del bebé.

P. En la literatura ya no eres primeriza. ¿En qué no has pagado la novatada preparando esta segunda obra?

R. Este libro es diferente. El anterior era más narrativo, contar anécdotas. En cambio, éste tiene un amplio trabajo de campo, de búsquedas de fuentes, referencias, aunque luego se plasmen de forma más amena. Quizá me he organizado mejor pero el trabajo de síntesis ha sido más complicado.

P. Uno de los capítulos aborda el etiquetado de los alimentos de los niños. Todo ello con la polémica del aceite de palma rondando el ambiente. ¿Dónde está la frontera entre el interés legítimo de los padres por informarse de los componentes y la psicosis?

R. La línea es delgadísima y a veces, imposible de identificar. Por ejemplo, respecto al aceite de palma, escribí recientemente un post que en un día ya tenía más de cien mil visitas. Por más que está todo explicado, fundamentado ‘negro sobre blanco’, la psicosis se mantiene y todos los días llegan preguntas. ¡La propia leche materna lleva cerca de un 25 por ciento de ácido palmítico!. La psicosis a veces es inevitable, aunque a veces también se consigue mediante la información y los consejos tranquilizar a la población, como ocurrió tras la polémica del Dalsy.

P. En el capítulo dedicado a las vacunas infantiles, el título lo dice todo: “¿Quién dijo miedo?”

R. El objetivo nuevamente en este capítulo es llamar a la calma. Por ejemplo, respecto a la falsa creencia de que las vacunas pueden generar autismo. Todo surge por un artículo publicado en The Lancet que tuvo que ser retirado y el autor, médico, acabó siendo inhabilitado. Pero una vez creado el falso mito, es imposible destruir. También es cierto que el desabastecimiento de algunas vacunas y ciertas políticas vacunales no han ayudado. Si la Asociación Española de Pediatría recomienda acertadamente la vacunación, pero luego los padres no encuentran la vacuna es lógico que se genere psicosis. A los farmacéuticos se nos generan listas de espera y no somos quién para decidir cómo priorizar las dispensaciones. En cambio, para los padres cada uno de ‘sus’ niños es prioritario. El problema viene cuando estas situaciones (creencias erróneas, problemas para conseguir la dosis, etc.) provocan que finalmente los padres decidan que no vacunan a su hijo.

P. Tras el nacimiento, ¿cuántas de esas primeras horas pasan los padres en casa, y cuántas en la farmacia?

R. No son pocos los padres que tras el alta, antes de aparecer por casa primero pasan por la farmacia, ya sea para comprar lo que sea o para preguntar dudas. En mi caso concreto, hemos recibido a muchas madres que aun tienen incluso la pulsera del hospital. En el hospital se vive una ‘luna de miel’ porque el bebé está cuidado por el personal, pero luego viene la realidad: el padre ‘solo ante el peligro’. Miedos con el cordón umbilical, cómo debe dormir el niño, que el niño se ponga ‘naranja’, que si a la madre no le sube la leche, que si al propio niño le sale leche del pezón (lo cual sólo se debe a que la madre le ha traspasado hormonas), etc. Todo ello acaba con una bajada a la farmacia y la figura del ‘padre recado’. Y ahí entra el consejo farmacéutico y, en muchos casos, hacer un llamamiento a la calma.

P. Una vez más, le vuelves a plantar batalla al Dr. Google. ¿Sigues convencida que no es indestructible?

R. Soy totalmente ambiciosa. Muchas veces hago esas búsquedas aleatorias que podría hacer cualquier ciudadano para conocer así qué información se encuentran en la Red. Pues bien, en algunos casos, las primeras entradas ya son de profesionales sanitarios, incluso farmacéuticos, que ofrecen información rigurosa y veraz, y que han desbancado a esas otras entradas sospechosas. También hemos conseguido que muchos pacientes ya conozcan y tengan a profesionales sanitarios como fuente de referencia en Internet, y acuden a sus blog o les trasladan directamente sus dudas en vez de rastrear por ellos mismos. Poco a poco se va consiguiendo ganar terreno, por fuerte que sea el Dr. Google. Ahora bien, sigue habiendo ciertos mitos con los niños con los que tenemos una batalla grande.

P. Una vez más, danos un ejemplo.

R. Estoy harta de ver como las celebrities posan con sus niños que llevan puestos collares de ámbar, aunque las asociaciones de Pediatría avisan que es contraproducente. Cuando Dr. Google y celebrities se alían, la batalla es más complicada aún.

P. ¿Cómo ves ese boom de farmacéuticos que, como tú, sois ahora conocidos públicamente por vuestro activismo en el mundo 2.0 (blogs, redes sociales), apariciones en medios, reclamados como ponentes, etc.?

R. Lo que opino es que, aunque pueda parecer un boom, somos aún pocos y tenemos que ser más. Hay que ser más ambiciosos, ahora que ya hemos derribado la puerta. Los que ya estamos en este ‘mundo’ no queremos quedarnos como “los de siempre”. Entiendo que es difícil, porque supone un extra a su actividad diaria sobre el terreno, en la farmacia. Por ejemplo, ahora se va a celebrar un congreso sobre Pediatría 2.0 en el que he sido invitada a participar como ponentes. ¿Un farmacéutico dando una charla de imagen de marca a médicos? Eso era impensable hace unos años.